Haciéndome paso entre los vehículos oficiales que impiadosamente obstruyen todas sus ochavas, encaré la dificultosa subida por los deteriorados y angostos escalones que supieron ver mejores tiempos. Sobre viejos baldosones de cemento, quebrados, con depresiones y cantos expuestos, con una impresión de vetustez y abandono, caminé una treintena de metros hasta el monumento del General […]