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ENÉRGICO RECLAMO DEL CANDIDATO AL MINISTRO

HACIA LAS PASO

“¿Dónde hay un mango, viejo Gómez?, lo han limpiao con piedra pómez”

Ranchera de Ivo Pelay y Francisco Cannaro (1933)

*El candidato oficialista pierde chances electorales con los movimientos económicos que realiza el Ministro de Economía. Paradójicamente, son dos condiciones en una misma persona. La suerte de Sergio candidato está indisolublemente unida a la de Massa Ministro. La argentinos, en cambio, andamos sin suerte.

**Las afiebradas negociaciones que realiza el gobierno con el FMI, en el mejor escenario sólo alcanzarían para tirar la pelota por treinta días hacia adelante.

***Los argentinos estamos hechos de “presentes”, nuestra historia no tiene pasado ni tampoco futuro previsible. Es un día a día agotador y sin perspectivas.

                   Ayer me llamó un amigo, un amigote diría, de esos que uno hizo en el ejercicio de la segunda profesión más antigua del mundo.

                   Habitué de los pasillos del poder, me cuenta que estuvo en el Palacio de calle Hipólito Irigoyen, frente a la Casa Rosada, sede de la cartera económica. Sentado en la antesala del despacho de su titular, ve ingresar presuroso y con cara de pocos amigos al candidato presidencial del oficialismo.

                   Por la puerta entreabierta escucha su reclamo hacia el Ministro, de modo vehemente, casi perentorio diría: – “¡Con amigos así!, ¿para qué quiero enemigos?”. Se estaba refiriendo a los últimos acontecimientos económicos, que lo perjudicaban grandemente en su campaña.

                   Al Ministro, que no es hombre de ahogarse en un vaso de agua, ni tan siquiera en un mar de incertidumbres, ya no le quedaban conejos en la galera para sacar.

                   Pero, no en vano llegó a dónde llegó. Sin perder la calma, sacó su celular, marcó un número y, haciéndole una señal al candidato para que haga silencio y sostenga su ansiedad, habló “-Los índices no se publican antes de las Paso del 13 de agosto”. Sin solución de continuidad, cortó, volvió a marcar y le dio el mismo mensaje a su nuevo interlocutor.

                   “-Ya está – le dijo con su optimismo irredento al candidato-, si no podemos solucionar, lo barremos bajo la alfombra”. Mi amigo supo que sus llamados telefónicos fueron al Indec y al Banco Central.

                   El candidato, que tenía una notable semejanza física y psicológica con el Ministro, se sintió satisfecho con la jugada y se retiró para continuar con la campaña.

                   Ningún lector dejará de advertir que el relato que antecede es producto de un ejercicio de imaginación de quién escribe este artículo. Pero no por fantasía creativa deja de acercarse demasiado a la realidad, por lo que estimé como un buen instrumento para describir el contexto político, económico y electoral.

                   Trascendió que el Banco Central y el Indec no darían los índices mensuales que habitualmente publican los primeros días del mes, sino hasta después de las Paso del 13 de agosto. Barrer las malas noticias bajo la alfombra, y no otra cosa, significa la postergación.

                   Es que, queridos amigos, estamos en la cima del Everest con un terremoto en ciernes. La doble condición de Ministro de Economía y candidato presidencial, le permiten a Sergio Massa dirigir la economía y manipular las noticias que lo beneficien, a él mismo, como candidato.

                   No muchas veces se ha dado, me parece, que la fórmula presidencial que ofrece el oficialismo sea conformada por dos responsables de un gobierno fracasado  que no puede torcer el rumbo al precipicio: Massa como Ministro de Economía y Rossi como Jefe de Gabinete.

                   Si hablamos mucho de números, corremos el riesgo de extraviar el contexto, pero a veces es inevitable. Además de dar discursos de campaña, Massa está dedicado, casi exclusivamente, no a desarrollar un plan económico, sino a patear la pelota hacia adelante.

                   La postergación de los problemas ya ni siquiera se estiman para los restantes cinco meses del año, sino para un mes, menos aún, para días.

                   Dice el diario oficialista Página 12 que “Argentina no ha cumplido en el segundo trimestre del año las metas de orden fiscal, monetario ni de reservas que imponía al acuerdo de facilidades extendidas de marzo de 2022. Ni podrá cumplirlas en lo que resta del año.”

                   Afrontamos vencimientos inminentes por pago de cuotas de capital e intereses al FMI: el lunes 31 de julio vencen 2.644 millones de dólares, y, al día siguiente, el martes 1° de agosto, otros 805 millones, lo que suma un total en dos días de 3.499 millones de dólares. Y no tenemos un dólar para afrontar los pagos, al contrario, no hay ni siquiera para atender las importaciones de insumos médicos.

                   ¿Qué hacer? Los yuanes chinos del primer desembolso no alcanzan, ya gastamos parte, sólo resta pedirles que nos adelanten el segundo tramo. O, tal vez, el FMI acepte adelantarnos fondos para que le paguemos su propia deuda, o sea agrandar nuestra deuda.

                   Todo el equipo económico está pendiente de terminar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Para ello, tomaron algunas medidas económicas que significan un impuesto más a algunas exportaciones y una devaluación parcial encubierta, en definitiva, parches tras parches.

                   Mientras tanto, el dólar vuela, la inflación no cede, se supone que volverá a subir, las empresas alimenticias y otras industrias de consumo masivo estiman que, con la generalización del impuesto País y el alza de los bienes importados, se viene una importante remarcación de precios.

                   Es decir que, aún en el caso del mejor escenario para Massa, que sería un acuerdo de salvataje para pagar los vencimientos próximos de deuda y evitar el default, es sólo pan para hoy y hambre para mañana o para dentro de unas horas.

                   Sin plan a la vista y con medidas meramente cosméticas o procrastinadoras, es tan sensible el escenario que, cualquier movimiento imprevisto puede causar remezones que terminen haciendo inútiles los esfuerzos de negociación que lleva adelante el ministro-candidato.

                    Un relevamiento realizado por la Universidad de San Andrés, cerrado el 12 de julio, cuando faltaba un mes para las primarias, indica un 87% de nivel de insatisfacción con el rumbo general del país, y lo notable es que es una opinión transversal a la sociedad, es decir abarcativa de los sectores de más altos ingresos hasta los de menores recursos.

                   Tampoco la percepción de imagen lo ayuda al ministro-candidato, que tiene un alto nivel de rechazo, sólo superado por Máximo Kirchner y Alberto Fernández. Aunque, vale la pena aclararlo, hoy los políticos de todos los sectores no tienen superávit en la ecuación de imagen positiva contra negativa.

                   Pero no todas son pálidas para los intereses electorales del oficialismo, paradójicamente las buenas noticias le llegan desde el campamento adversario, dónde las disputas de una interna cuasi sangrienta, le permiten mantener las esperanzas de una recuperación milagrosa, a la par de una oposición a la que se le notan las “angurrias” por el devaluado manjar de poder cercano.

                   Tampoco en la trinchera antagonista hay coincidencias en las soluciones económicas. Larreta critica a Bullrich diciendo que su plan se parece mucho al “blindaje” de De la Rúa, que acabó con los sucesos de 2001. “La piba” lo niega y hace referencia a que la indefinición y el “paso a paso” del “pelado” ya fracasaron en el país.

                    Mientras tanto, “más perdidos que turco en la neblina”, los electores tratamos de separar la paja del trigo o, directamente, nos desentendemos y que sea lo que Dios quiera.

                   Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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