Violencia de género.- El tango nos ubica en el sur, y tras el paredón, la nada, la incertidumbre, o el “todo sigue como está”.-
“Ni una menos”, tuvo la importancia de poner en la atención pública la violencia de género, en una sociedad que, si bien ha avanzado en la toma de conciencia, todavía presenta signos alarmantes de abulia ante la problemática.-
Parafraseando al tango, diría “marcha, paredón…¿y después?” Es decir, ¿qué sigue después de la marcha?, ¿cómo atravesamos el paredón? ¿cómo avanzamos cualitativamente en la erradicación de la violencia sexista?
Me sigue haciendo ruido aquello que la violencia ejercida contra la mujer por su condición de tal, proviene en porcentaje casi decisivo, de la pareja o ex pareja.- ¿Por qué? Porque en el delito de muerte o lesiones a la mujer, el autor no es en su mayoría externo al círculo íntimo o familiar, sino que lo integra o lo ha integrado.-
Ello está significando que el “machismo” (palabra tremenda si las hay), sigue constituyendo un concepto todavía muy adentrado entre los pliegues sociales de una cultura que, aunque lo intente negar con un rostro bondadoso, sigue presente en la discriminación femenina.- Tal vez hoy más sutil, menos evidente, pero por ello mismo más peligrosa.-
El sentido “propietario”del hombre respecto a la mujer, continúa presidiendouna relación básica de la estructura comunitaria, la relación de pareja, aunque se intente tapar con la parafernalia del discurso, las leyes, los documentos y tanta cosa que acumulamos en la lucha, pero que no logra erradicar el “demonio” machista que continúa habitando dentro nuestro.-
Es que, hasta las propias religiones resultan todavía proclives a ese comportamiento.- Los católicos les prohíben el sacerdocio, los musulmanes les tapan la cara o les mutilan el sexo, hay judíos ortodoxos que dicen en su oración diaria “gracias, señor, por no haberme hecho mujer”.-
Por ello, no es raro que, luego de haberse hecho multitudinarias marchas en todo el país, por “ni una menos”, sólo aquí en Corrientes tuvimos “dos menos”.-
- · En Curuzú Cuatiá, Leonardo Martínez, de 53 años, degolló a su hija de 16 años, hirió gravemente a su esposa, y luego se quitó la vida, ante la mirada de los otros ocho hijos de la pareja, todos menores de edad.-
- · Hace tres o cuatro días, Carlos de Jesús Brizuela, de 47 años, en el Barrio Patono de la ciudad de Corrientes, ingresó a los gritos a la casa de su ex mujer, Gladys Beatriz Revoledo, con la que tenía 6 hijos, y la asesinó de tres puñaladas.-
Es cierto que se ha avanzado, con la tipificación penal del “femicidio”, con la Ley de Protección Integral de violencia contra las mujeres 26.485, la implementación de medidas cómo los botones de pánico, las líneas telefónicas especiales, los centros de atención, las organizaciones civiles y personas dedicadas a ello.- Pero todo tiene “sabor a poco”, especialmente si tenemos en cuenta que el presupuesto nacional de 2014apenas asignó para la atención de la problemática un 0,0018% del mismo, es decir apenas $0,80 por mujer.-
De cualquier manera, la violencia contra la mujer no se resuelve solamente con leyes ni presupuesto (dos cuestiones importantes).- Las políticas públicas deben ser más integrales, y apuntar sustancialmente al cambio del paradigma cultural de la sociedad, lo más difícil de conseguir.-