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MARKETING ELECTORAL Y CANDIDATOS FANTASMAS

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Candidatos detrás de figuras taquilleras
Muchas veces, si las cuestiones vienen confusas, o cuando, a fuerza de repetirlas, nos parecen normales conductas, comportamientos o sucesos que en realidad son contrarios a su propia naturaleza, es el momento de “parar la pelota”, utilizar el razonamiento e ir al fondo de las cosas.- ¿Con qué propósito? Para encarrilarlas por la vía normal, o, en modo contrario, convalidar los nuevnos paradigmas.-
                               Utilizo esta introducción para referirme, en este caso, a la elección del próximo 5 de julio en nuestra provincia, en la que, por el tenor de la campaña electoral, pareciera que se eligieran cargos ejecutivos, una avivada criolla que a fuerza de ser repetida en el tiempo, nos parece normal.-
                               Diferenciados con el resto del país, en nuestros pagos se vota exclusivamente para elegir cinco senadores provinciales por seis años y quince diputados provinciales por cuatro años.- No se eligen gobernador ni intendentes ni secretario de deportes.-
                               Un proceso electoral tiene dos protagonistas centrales: por un lado el candidato, por el otro el elector, y un tercer elemento que obra como hilo conductor entre ambos: la campaña electoral.-

                               Elcandidato necesita hacerse conocer para aspirar al voto, el elector necesita conocer a los candidatos para seleccionar su voto. Afinando aún más el análisis, diremos que el candidato necesita hacer conocer sus propuestas para solucionar los problemas de la comunidad a la que aspira representar, los ciudadanos necesitan conocer dichas propuestas con el fin ya expuesto.-

Propuestas?

                               Esto último, lo de las propuestas, resulta apenas una disquisición teórica sin pretensiones de una comprobación fáctica, mucho me temo que gran parte de los candidatos a legisladores carecen total o parcialmente de propuestas que exhibir, y a gran parte del electorado le importa poco o nada conocerlas.- Es parte de la desculturización de la política.-
                               Sea como fuere, es la campaña electoral el elemento sustancial que debiera amalgamar temporalmente la suerte y la relación entre los dos protagonistas centrales de la pieza teatral que, inexorablemente, debe representarse periódicamente en una democracia: la elección.-
                               Es en el tiempo electoral, de tal manera, que la actividad política -hecha de ideología, principios, partidos, personas, acción- debe ser complementada por el “marketing electoral” –imágenes, colores, sensaciones, emociones y un pequeño espacio, cada mes más pequeño, para la razón-, que de modo rudimentario o elaborado en grado sumo, intenta traducir de manera atractiva la propuesta de la política.-
                               El marketing, que  superficialmene definido es la estrategia para “vender” el candidato y su propuesta, tiene un conjunto de herramientas que la tecnología ha enriquecido de manera geométrica, construyendo nuevos paradigmas de comunicación que cambiaron de cuajo el relacionamiento interpersonal en todo el planeta.-
                               Nos estamos refiriendo, obviamente, a la utilización de los instrumentos que suministran la web en general y las redes sociales en particular, que maximizan los resultados comunicacionales y bajan sustancialmente los costos, una manera de democratizar la política (aunque parezca un pleonasmo).-
                               Una racionalidad elemental indica que las campañas electorales de los partidos, deberían estar dirigidas a destacar las bondades de tal o cual candidato, sus propuestas para el ejercicio de la función pública para la cual se postula, su pensamiento político general, sus antecedentes políticos, laborales, profesionales, su especialidad, etc.-

“Frankestein” electoral

                               Ahora bien, si la política es una actividad identificada con la ética, dónde la transparencia y la verdad deben conjugarse sustancialmente en la relación electorado-candidatos, la pregunta es ¿tiene el marketing político la misma exigencia ética? ¿es válido que a través de la propaganda electoral se haga pasar gato por liebre? ¿es legítimo vender una imagen, una propuesta, que en definitiva resulten un engaño para el elector?
                               Estoy casi seguro, sin ser un especialista, que los expertos en marketing están tan avanzados en sus técnicas, que seguramente manejan elementos y estrategias mediante las cuáles resulte posible construir un “Frankestein” electoral, como creación casi absolutamente artificial, inexistente en la realidad, que logre captar voluntades electorales pero que desaparezca como fuego fatuo a la hora de ejercer la función pública.-
                               Ubicados en nuestra Provincia, comencemos por decir que el 5 de Julio se eligen legisladores provinciales, y, me parece, el marketing político o la propaganda electoral debe tener su base principal en los candidatos a legisladores y en sus propuestas, aunque los adornemos con una musiquita, un color, un grito, el pulgar levantado en señal de O.K., o los dedos índice y anular componiendo la “V” de la victoria.-
                               En pocas palabras, si la política indica que es el turno de la elección de gobernador, mostremos a los candidatos a gobernador, si es de intendente, exhibamos los candidatos a intendente, pero si es de diputados y senadores provinciales, mostremos pues a los candidatos a senadores y diputados provinciales.-
                               Quizás los especialistas en el armado de la publicidad electoral puedan objetarnos la ingenuidad del planteo, porque ellos trabajan en función de potenciar el producto que vende, y si el gobernador o el intendente o el secretario de deportes miden, que los candidatos a legisladores vayan en “collera”, semi ocultos, colgados del personaje taquillero, aunque éste no sea candidato.-

La ética del candidato invisible
                               Sin embargo, estimo como refractario a la buena fe y a la ética elemental que debe presidir no sólo la actividad política sino también su marketing, que se construyan campañas sobre la base de la “invisibilización”, total o parcial, de quienes verdaderamente deben someterse al voto ciudadano, colocándolos detrás de la figura convocante que tapa la visual de los electores.-
                               Es cierto que los oficialismos, que normalmente ganan las elecciones, son proclives a mostrar sus logros y figuras ejecutivas, y dar escasa relevancia a sus candidatos a legisladores.-
                               Es que también ello forma parte de una atávica cultura latinoamericana, dónde la política se construye a través de los ejecutivos, siendo los legisladores apenas un apéndice circunstancial y secundario.- Es la cultura del “decisionismo”por sobre el “deliberacionismo” (valgan los neologismos empleados), que alguna vez hemos dado en llamar una endemia de la democracia: el “ejecutivismo” patológico.-
                               La inexorable persistencia de la “lista sábana”, completa el combo de una democracia cada vez menos republicana.-
                               Finalmente, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Me interesa conocer a los candidatos a legislador y a sus propuestas?
                               Si la respuesta es negativa, vaya el 5 de julio a la escuela y cumpla con su obligación electoral de manera mecánica.-
                               En cambio, si su respuesta es positiva, menudo problema tiene, porque el marketing político no se la hace fácil, invisibilizando a los candidatos y callando sus propuestas (si es que las tienen).-

                               Encima, con treinta y ocho boletas en el cuarto oscuro, no le envidio su suerte amigo elector.-
                                                        Jorge Eduardo Simonetti
Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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