#COLUMNASIMONETTI debate presidencial Massa Milei segunda vuelta

ENCRUCIJADA

EL DEBATE

“Párate en la encrucijada y mira; preguntad por las sendas antiguas, preguntad cuál es el camino y andad por él. Pero dijiste “no caminaremos en él”

Jeremías, 6:16

*Último debate de candidatos. En imagen y estrategia, ganó uno aparentemente, en propuestas concretas, perdieron los dos. Hubiera sido interesante que mencionaran las diez medidas más importantes que lanzarán el 11 de diciembre. Ambos se perdieron en generalidades, para no espantar votos o porque no las tenían. En la encrucijada del domingo, sin GPS que nos guíe, elegiremos nuestro destino por los próximos cuatro años.

**¿Cuál es la opción? Una, seguir por el camino del kirchnerismo, que conocemos muy bien. La otra, no lo sabemos del todo.

***En tono futbolero, en el debate, uno con caños y gambetas, el otro con patadas al aire, ninguno pudo meter la pelota en el arco rival.

                   Siempre nos quejamos del desentendimiento del público con la política. Es lo que los griegos de la democracia directa denominaban “idiotas”, gente a la que no le importaban los asuntos públicos.

                   Pero hoy, tengo la sensación de que, como casi nunca antes, excepto en los albores de esta nueva democracia que consagró a Raúl Alfonsín como presidente, la ciudadanía está atenta a lo que sucede con los candidatos a presidente. Tanto que el debate presidencial del domingo pasado batió todos los récords de audiencia.

                   La explicación de este inédito interés por los comicios, es para mí muy simple. Hartazgo de un sistema que nos condujo a la estación más patética del fracaso económico, cultural, social y político. Queremos otra cosa, pero lo bueno es que lo deseamos en el marco del sistema, no fuera de él, no pensando en golpes de estado u otras fracturas de la autodeterminación.

                   En ese tránsito hacia una renovación periódica de las autoridades, llegamos al último hito importante para adoptar nuestra decisión soberana del voto: el debate de los dos candidatos que compiten en segunda vuelta.

                   En principio, debo decir que la mecánica del debate, favorecida por ser bifronte, fue mucho más útil a los fines de la información ciudadana. Sin embargo, la bondad de la metodología no se vio reflejada en el contenido. Todos esperábamos otra cosa, yo por lo menos.

                   Seguramente, si hubiéramos hecho una encuesta el día lunes pasado, con dos preguntas: una, ¿quién le parece que ganó el debate?, y la otra, ¿quién le parece que va a ganar la elección?, sus resultados serían paradigmáticos. A la primera, estimaría que habría una clara ventaja para uno de los candidatos. A la segunda, la cosa estaría más peleada.

                   Los resultados de los interrogantes planteados estarían determinando la poca incidencia de los debates en la intención de voto del ciudadano. “Álea jacta est” (la suerte está echada), diría Julio César y cruzaría el Rubicón sin más prolegómenos.

                   Sin embargo, parecerían tan ajustados los números, que una pequeña variación en las preferencias electorales podrían inclinar la balanza hacia un lado, de manera casi imperceptible pero con el suficiente peso faltante para lograrlo. Por ello, no descartemos al debate como elemento que se conjugue con nuestros sesgos y preferencias.

                   ¿Qué me pareció el debate? En su primera parte, lo más parecido a una mesa de examen universitario. Un alumno asustado y nervioso, respondiendo las preguntas de un profesor canchero.

                   Allí se vio la diferencia. Un candidato que es un político profesional, virtud que puede también resultar el mayor defecto para un sector del público, y el otro, de un amateurismo extremo, que nos hace dudar de su performance en el sillón máximo de la democracia.

                   Si hubiera sido un partido de fútbol, Massa hizo fintas, caños y gambetas, Milei jugó a la defensiva, pero no pudo sacarle nunca la pelota al tigrense, tiró patadas al aire, con poco sentido del juego. Pero, para fortuna del libertario, su opositor quedó en el “jogo bonito”, pero nunca puso en peligro al arco contrario.

                   Vamos a lo que sirve, al contenido del debate, a las propuestas formuladas, a la manera de encarar cada uno de los problemas de la Argentina, “al pan, pan…” diría mi vecino. Y en ese rubro, los dos aplazados.

                   Milei se presenta como economista, pero nunca se terminan de entender sus propuestas económicas, no sé si las oscurece intencionalmente para no espantar votos, o si no las tiene todavía del todo diseñadas. En cualquier caso, muy pobre para lo que es su pretendida especialidad.

                   Igualmente Massa, es el Ministro de Economía actual y cuasi presidente. Él debería haber rendido examen en el rubro, en cambio fue el examinador. Su mayor enjundia para el debate no fue suficiente para ocultar que no tiene la menor idea de cómo sacarnos del pozo, que no sea el insistir con la fórmula populista del kirchnerismo que nos trajo hasta acá.

                   En ése punto, debemos esperar más de lo mismo si Massa es presidente. No dijo una sola palabra sobre como eliminar el déficit público, fundamento esencial de nuestra debacle. O no sabe, lo que es muy probable, o está muy condicionado por el populismo kirchnerista. O, de última, está jugando la “Gran Menem”.

                   Milei, que juega con la ventaja de no tener historia en el ámbito público, no fue más claro que el Ministro. Cuando se le pregunta sobre sus medidas económicas concretas (dolarización, cierre del Banco Central, eliminación de subsidios), nos habla indeterminadamente de reformas de primera, segunda y tercera generación, una cantinela que deja más dudas que certezas. ¿No sabe o no quiere decirlo por temor a espantar votos?

                   La restante temática transitó casi por los mismos caminos. Más de lo mismo por parte de Massa, indefiniciones por parte de Milei.

                   El escenario argentino es el de una encrucijada, en la que, cualesquiera fuere el camino que se tome, nos encontraremos con la Hidra de Lerna, una bestia de aliento venenoso, multicéfala, que regenera dos cabezas por cada una que le cercenan.

                   Los argentinos buscamos al Hércules que acabó con el monstruo con la ayuda de su sobrino Yolao, quién iba cauterizando con telas ardiendo, los cuellos decapitados de la Hidra.

                   Las tantas cabezas de la Hidra argentina, la inflación, el déficit público, la sincultura del trabajo, la torpeza de sus políticos y gobernantes, requieren de un semidios que vaya cortando y de un ayudante que vaya cauterizando.

                   De igual modo, si realmente se pretende ingresar en un camino virtuoso de recuperación, ninguno de los dos caminos son fáciles, porque el que asuma el 10 de diciembre, si no quiere que la estantería se caiga y nos aplaste a todos, deberá adoptar medidas impopulares, que hasta ahora las esconden.

                   Sea uno u otro el caso, hay que descontar la resistencia que las decisiones traerían en el ámbito de la compleja realidad argentina, lo que necesitará de un amplio consenso de las fuerzas políticas, cuyos comportamientos son muy difíciles de predecir ante este nuevo escenario partidario.

                   La verdad es que, si esto fuera un mercado de ofertas a precio regalado, no sabríamos que artefacto elegir, si uno que sabemos que no funciona u otro que desconocemos siquiera para qué sirve.

                   Hoy tenemos un pueblo empobrecido, un gasto público que absorbe el 45% de su PBI, los impuestos más altos del mundo, la tercera inflación más elevada del planeta, un gran porcentaje de la población viviendo de subsidios, y una elección por delante entre un candidato que seguirá con lo mismo y otro que promete un cambio que no sabemos que es.

                    Le corresponde a Ud. hacer su movida.

                   Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back To Top