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VIRTUAL EMPATE ENTRE EL OFICIALISMO Y LA ABSTENCIÓN

ANÁLISIS ELECTORAL

“Hay una ruptura entre los representantes y los representados que se manifiesta en esta abstención llamativa”

Carlos Pagni

*No hubo sorpresas electorales. El oficialismo provincial consolidará su poder en la Legislatura. Con cómodos dos tercios, puede alcanzar cualquier objetivo institucional, incluso reformar la Constitución. Sin embargo, con una abstención que supera el 35%, la política debe poner las barbas en remojo

**En los comicios últimos, la gente mostró un alto desentendimiento de la política, y consecuentemente de la suerte de la democracia. Grave.

***Luego de casi un cuarto de siglo, el oficialismo debería plantearse estrategias nuevas que den un impulso distinto a la Provincia. Tiene todo el poder para ello.

                   Hay diversas formas de leer los resultados electorales, especialmente los del domingo pasado en nuestra provincia. Se pueden obtener los porcentajes de cada fuerza contrastándolos con el número de votos positivos (el 60%) o contra el número total de electores registrados en el padrón (100%).

                   Estimo que la operación matemática debe ser con el total, porque incluye los votos no positivos, especialmente la abstención (gente que no fue a votar), que fue del 35.07%.

                   El número total de correntinos habilitados fue de 927.244. Los votos válidos fueron de 560.697 y los votos negativos (incluimos la abstención, votos nulos, votos en blanco), alcanzaron los 366.547, todos datos del centro oficial de cómputos. Ello significa que los votos positivos que consagraron senadores, diputados, concejales, alcanzaron el 60 % del padrón, el resto, el 40%, no opinó.

                   En las distintas publicaciones, diarios, portales, televisión, radio, los porcentajes de las alianzas electorales fueron suministrados contra la sumatoria de votos válidos. El oficialismo obtuvo un 67% y la oposición un 27%. Sin embargo, ello toma la opinión de sólo un 60% de los empadronados.

                   Si tomamos la totalidad del padrón, tenemos que la abstención fue del 35,14%, Eco llevó el 35,07% y la oposición el 17,23%.

                   En síntesis, de la totalidad de comprovincianos en condiciones de votar, el 35,14% se abstuvo, un porcentaje similar apoyó al gobierno, la oposición alcanzó la mitad de ese porcentaje (17,23%) y el resto se distribuyó entre votos en blanco, nulos y recurridos.

                   Números más, números menos, las conclusiones deben alarmar a la clase política. El 40% de los ciudadanos no votó o lo hizo negativamente, lo que significa la concreción electoral del cansancio social contra una dirigencia que no supo conquistar ni enamorar al conjunto.

                   En democracia el que no vota es el que no participa, y por lo tanto está al margen de las decisiones y de los rumbos del gobierno y de la sociedad. Ergo: mucha gente está desinteresada de la suerte común, del sistema democrático, porque allí no encuentra las soluciones a sus problemas.

                   Es cierto, sumó al comportamiento omisivo la circunstancia de que en Corrientes se trataban de comicios de medio término, lo que en alguna medida pueden desalentar la participación, pero sólo es una causa.

                   Sin dudas que, tanto el oficialismo cuanto la oposición, deben calibrar sus respectivas performances y proyectar sus acciones futuras teniendo en cuenta el panorama global.

                   El exitismo gubernamental debe ser ralentizado por la realidad de un 65% de ciudadanos que no lo apoyaron con su voto. La oposición apenas salvó la ropa, porque más del 80% de los correntinos le dijeron no.

                   Qué el gobierno provincial tiene una gestión exitosa con relación a la opinión general, es cierto. Que la oposición está con pronóstico reservado, también. Pero los números son los números, los votos son los votos, las urnas son la expresión concreta de la voluntad ciudadana, y no hay que manipular su interpretación como agua para el molino de cada quién, porque sólo conseguirán engañarse.

                   Dicho todo ello, va de suyo que los que contribuyen a conformar los poderes del estado son los que votan positivamente. Y ello sí tiene una proyección concreta de inclinación hacia el lado del gobierno.

                   En la conformación de los cuerpos colegiados, el oficialismo barrió con la oposición. Logró 4 de las 5 bancas senatoriales en juego y 11 de 15 diputados. En la Capital, la distancia fue mayor, alcanzando la coalición en el gobierno, 8 de los 9 escaños.

                   En la legislatura provincial el gobierno consolidó su poder de fuego. A partir del 10 de diciembre, posarán sus sentaderas en las bancas, 12 senadores oficialistas de 15 totales, 23 diputados de 30, y, en el Concejo Capitalino 16 de 19.

                    De tal modo, en los distintos cuerpos legislativos, especialmente en los provinciales, el radicalismo y sus aliados supera con creces el número mágico de los dos tercios, con el cual pueden tomarse decisiones del nivel más importante para las instituciones provinciales, entre ellas las de una reforma constitucional.

                   Con pocas excepciones, los oficialismos arrasan en las elecciones de las distintas provincias. El último domingo se sumó Tucumán, dónde el peronismo, ayudado por el dinero del gobierno nacional, que giró el total de las partidas correspondientes al año, ganó por enésima vez. San Luis fue una excepción, el feudo de los Rodríguez Saa perdió por una división entre los hermanos Adolfo y Alberto.

                   En Corrientes sucedió lo que tenía que suceder. Gano el oficialismo. No hubo sorpresas. Una gestión ordenada, sueldos de niveles correntinos pagados con regularidad suiza, obras de pequeño y mediana envergadura, especialmente en la construcción de escuelas, fueron factores suficientes para que los correntinos volvieran a dar su apoyo a una fuerza que gobierna hace casi un cuarto de siglo.

                   Al combo de buena administración de los recursos, una inflación que no debilita las finanzas provinciales, consolidada previsibilidad financiera, una paz social con alto grado de conformismo, se suma el poder de fuego del gobierno, demostrado en el desequilibrio en la cantidad y calidad de propaganda electoral y la cooptación de medios periodísticos a través de la pauta.

                   ¿Es bueno o no tanto para la democracia en el ámbito provincial que los resultados marquen un desequilibrio casi decisivo en la distribución de fuerzas?

                   Para el oficialismo, es muy bueno, con la misma impronta que hasta ahora, seguirán marcando el rumbo provincial. Para la oposición, víctima de sus propias limitaciones y de las originadas en su propio gobierno en el ámbito nacional, seguramente no.

                   ¿Y para la gente? Ese es un tema de análisis fino. Los resultados electorales indican que, si bien existe un importante grado de conformismo con el gobierno correntino, una parte sustancial de la ciudadanía se desentendió de los comicios.

                   Institucionalmente, el gobierno refuerza su impronta hegemónica, hoy la legislatura provincial se consolida como poder del poder gobernante. El desequilibrio de fuerzas debe ser compensado por un comportamiento republicano del campamento oficialista.

                   Si, tal como parece, la gestión de Eco se prolonga en el tiempo, sus principales dirigentes, su gente pensante, sus gobernantes, deben analizar seriamente si no ha llegado el momento de armar e instrumentar la fase superior de la endogamia. El vivir con lo nuestro ya maximizó sus frutos y nos trajo hasta acá.

                   Obviamente, no le escapamos a la media nacional de una baja drástica de la calidad de vida por una desastrosa gestión presidencial, el incremento de la pobreza y una falta de fuentes de trabajo genuinas.

                   Pero sin dudas que este dominio del escenario local que incrementará el oficialismo partir del 10 de diciembre, los debe hacer reflexionar de que pueden y deben mejorar su performance, tanto en su comportamiento republicano cuánto en el desarrollo de una provincia, la nuestra, que flota pero no navega.

                   Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

 

 

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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