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LE PEGARON AL CHANCHO Y APARECIÓ EL DUEÑO

LA MULTIPARTIDARIA DE LA CORRUPCIÓN

“Lo de Kueider nos ha ofendido a todos los senadores: (pareciera que) somos todos delincuentes, (que) todos cobramos para votar. Eso es inadmisible”

Luis Juez, jefe bancada PRO en Senado

***Uno senador contrabandeando ciento de miles de dólares al Paraguay, un diputado descubierto con costosísimas propiedades en Miami a nombre de su esposa, un fiscal federal ofreciendo una fastuosa festichola con invitados como el cortesano mileísta Lorenzetti y su ahijado Ariel Lijo. Y, como éramos pocos, parió la abuela: el flamante jefe de la DGI mileísta encontrado con propiedades no declaradas en Estados Unidos por millones de dólares. En los cuatro casos, la relación con el gobierno es inocultable.  El principio de revelación va exponiendo el mecanismo, sus operadores y sus facilitadores. Un legislador perolibertario, uno del PRO, un fiscal federal y un funcionario libertario, se agregan al malón kirchnerista para formar la “Multipartidaria de la Corrupción”.

                   Los sucesos de los últimos días ponen en serio entredicho a la clase política, entendida ésta no sólo a la oposición sino también al oficialismo, que mucho está haciendo para que la niebla comience a enturbiar las conductas.

                   Quiénes no están prendidos a los extremos ideológicos y abogan por la pluralidad, que sólo puede conseguirse mediante una verdadera democracia republicana, quedamos a veces sin discurso cuando salen a la luz pública pequeñas y grandes corruptelas asociadas con la política, los poderes del estado y las instituciones en general.

                   Pero como no concebimos otra forma de gobierno que no sea la que surge de la voluntad de la ciudadanía libremente expresada en las urnas, debemos ser finos en nuestro análisis, para que los sucesos diarios no se lleven puestas nuestras convicciones y sepamos separar el polvo de la paja.

                   La mayoría de los argentinos no quiere volver al pasado, es lo que sostiene al presidente Milei. El pasado significa la corrupción en su esencia más pura, concebida ésta no como actos individuales ilícitos cometidos por individuos inescrupulosos, sino como un sistema organizado que, con la excusa de gobernar y valiéndose de los instrumentos que confiere el poder, han saqueado los fondos públicos.

Lenta, pero llega

                   Muy lenta, pero llega, a Cristina Kirchner y demás cómplices, la justicia comienza a cercarla. Se confirmó en Casación la sentencia en la causa Vialidad, la Corte anuló el sobreseimiento en la causa del Pacto con Irán y ordenó el juicio oral, otro tanto sucede con la causa Cuadernos y Hottesur-Los Sauces.

                   Pero no por ello creamos, seríamos muy ingenuos, que hoy la Argentina es un paraíso moral. Comienzan a conocerse, cómo pústulas que explotan en la piel tersa de la república, casos que involucran a fuerzas políticas que, de una u otra manera, se relacionan con el gobierno libertario.

“Vialidad, Pacto con Irán, Cuadernos y Hottesur-Los Sauces, cuatro de las causas que avanzan en la Justicia”

                   Y aquí está lo bueno. ¿Cómo lo bueno? Sí, porque el problema no está en la corrupción en sí misma, que existe en muchas partes del mundo, sino en la impunidad, es decir en la incapacidad del sistema de descubrirla y sancionarla.

                   El periodismo y algunos políticos de valía, tuvieron el coraje de denunciar la corrupción sistémica en tiempos del kirchnerismo. Es durante el gobierno de Mauricio Macri que comienzan a acelerarse esas causas, luego ralentizadas con Alberto.

                   Hoy por hoy, autodefinido el gobierno libertario como el kilómetro cero de la moralidad pública, los casos expuestos públicamente lo rozan, y trata de evitar que se extiendan como mancha venenosa. El control de daños que le dicen.

La revelación del dueño del chancho

                   Un caso paradigmático es el del expulsado senador Kueider, atrapado “infraganti” por las autoridades paraguayas, intentando pasar 211 mil dólares, como parte de una serie de travesías con el mismo fin, serían seis.

                   El “hombre bomba”, tal el peligro que para la política argentina sería si abriera la boca, debe ser desactivado a toda costa, mostrándole algo así como el calorcito del poder para que no se sienta desamparado y abandonado.

                   Todo el mundo quiso sacudirse la molesta paternidad política del entrerriano, Cristina le endosó al gobierno y éste a ella. Pero, hay que ver sus últimos pasos, para poder deducir tamaña disponibilidad de efectivo estadounidense.

“El gobierno quiso, a último momento, salvar al hombre bomba. Sólo se auto escrachó como su dueño”

                   Elegido en las listas kirchneristas, el exsenador Kueider formó un bloque aparte presidido por nuestro comprovinciano Camau Espínola: Las Provincias Unidas.

                   Sospechosamente, cuando al oficialismo le faltaba un voto para empatar los guarismos de la Ley Bases, con un Kueider que se manifestaba en contra, sorpresivamente ocupó su banca y levantó la mano por el sí. La vicepresidenta desempató y la ley se sancionó.

                   ¿Quién lo convenció al “pasero” para votar sorpresivamente a favor y con qué método? ¿Quién? Obviamente el oficialismo. ¿Con qué método? Nadie tiene la prueba material, pero a partir de esa sesión, comienzan las dolarizadas incursiones de Kueider al Paraguay. Ergo.

                   Se hizo efectivo el dicho que esta nota,“hay que pegarle al chancho para que aparezca el dueño”. Se lo expulsó del Senado, y apareció el dueño, intentando que la sesión se anule por cuestiones formales.

                   Desesperados, con Kueider expulsado, la maraña de tuiteros, streamers, instagrameros, tiktokeros y demás yerbas del oficialismo virtual, salieron a bombardear la web con la nulidad de la sesión, pero el gobierno no se animó de pasar del dicho al hecho. El daño ya estaba hecho: se auto incriminaron al intentar salvarlo y a confesión de parte, relevo de pruebas.

Mecanismo infalible para conseguir votos legislativos

                    De allí surge nuevamente la pregunta del millón: con una archi minoría parlamentaria, ¿cómo hace el gobierno libertario para conseguir los votos que logren la sanción de leyes muy cuestionadas o que blinden los vetos realizados?

                   Si, tal como parece, ningún político es bebé de pecho, menos los kirchneristas, ¿serán que tienen los libertarios una capacidad excepcional para convencer a los contrarios políticos? O tiene otro método infalible con instrumentos menos santos.

                   Ni Alfonsín, un político de raza, pudo hacer pasar la Ley Mucci, nadie cree que los libertarios tengan mayor capacidad de persuasión que el gran demócrata.

                   Entonces, dos más dos son cuatro: parecería que la persuasión fue por izquierda, y que ese método es el preferido y repetido para domar a “la casta”. El mecanismo es efectivo, pero “se le ve la casta” por debajo de las vestiduras moralistas.

“No fue magia. Fue el mecanismo exitoso de Milei para conseguir votos prestados ¿o comprados?”

                   Otros hechos no pasaron desapercibidos, que sumaron a la decepción republicana. Uno, la fastuosa fiesta de cumpleaños de un integrante del Poder Judicial, el fiscal González, en la que estuvieron presentes el “mileísta” cortesano Ricardo Lorenzetti y su ahijado, el propuesto por Milei para integrar la Corte, Ariel Lijo. Una vergüenza.

                   El otro, una investigación periodística que involucra al jefe de la bancada PRO de diputados, Cristian “Pucho” Ritondo, con varias propiedades en Miami a nombre de su esposa, cuyo valor rondaría en varios millones de dólares.

                   ¡Y si querés, hay más! Por investigación de Hugo Alconada Mom de La Nación, el flamante Jefe de la DGI, el libertario Andrés Edgardo Vásquez, fue descubierto como propietario de tres inmuebles en Estados Unidos, por más de dos millones de dólares, no declarados ante la Oficina Anticorrupción.

                   Es cierto, si cuando uno anda mal hasta los perros lo mean, a Milei le está sucediendo lo propio, aunque sus buenos números macroeconómicos lo salvan. Le cuesta al presidente sostener su relato de “gobierno de puros”.

                   Bueno, si quieren empezar a limpiar el Congreso, tienen para divertirse, no sólo con los kirchneristas que lo pueblan, sino también con el oficialismo y el opoficialismo, mucho de los cuales aparecen hoy con algunos dinerillos y propiedades inexplicables.

                   Por ahora contentémonos con que apareció el dueño del chancho, a través del principio de revelación.

                    Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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