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HACIA UNA JUSTICIA ROBÓTICA

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

“Es esencial que todos nos esforcemos por proteger la independencia del Poder Judicial y garantizar que los tribunales puedan funcionar de manera libre e imparcial”

Escrito por el Chat GPT (inteligencia artificial)

*La inteligencia artificial ya ha comenzado a formar parte de nuestras vidas. En el futuro, su presencia será casi insustituible en muchas de las actividades. La pregunta es si será capaz de reemplazar por completo al ser humano. Un juez robot, por ejemplo, sería posible en el marco de la justicia mundana. ¿Podría ser el comienzo del fin del ser humano como ser superior en la escala?

**Ahora mismo, durante febrero, aparece en EE. UU. el “abogado robot”, una aplicación en el celular que te asesorará en la defensa contra una multa de tránsito.

***Contra todo pronóstico estremecedor, pienso que la tecnología encontrará su techo y no podrá superar el libre albedrío humano

                      Días pasados, ante la Comisión de Juicio Político de Diputados, que trata el enjuiciamiento de la Corte, el diputado Rodrigo de Loredo (Evolución Radical) dio un discurso contra los populismos que intentan controlar la justicia. Al final, aclaró que sus palabras fueron escritas por un chat de inteligencia artificial.

                      En febrero debutará en EE. UU. el primer “abogado robot”. Se trata de una aplicación de la empresa DoNotPay, basada en inteligencia artificial, que ayudará a una persona a apelar una multa de tránsito en juicio. Este “robot abogado” se ejecutará en un smartphone y asesorará en tiempo real al demandado a través de auriculares. China ya cuenta con jueces robot para delitos menores.

                      Inquieto por esas noticias, debidamente asesorado por un conocedor de estos temas, instalé en mi celular el denominado “ChatGPT”, un programa de inteligencia artificial con 175 millones de parámetros, que a través de Watshapp puede contestar en cuestión de segundos cualquier pregunta que se le formule.

                      Interesado en los temas de la justicia, le dije al chat GPT, que me hiciera un artículo sobre la posibilidad de una justicia con inteligencia artificial. En cuestión de segundos, recibí en mi smartphone, la siguiente respuesta:

La inteligencia artificial se ha convertido en una tecnología cada vez más avanzada en la última década. Desde asistentes virtuales hasta sistemas de conducción autónoma, la inteligencia artificial está transformando la manera en que vivimos y trabajamos. Pero, ¿qué pasa con la justicia y la toma de decisiones legales? ¿Podría un juez con inteligencia artificial ser una realidad en el futuro?

 

La respuesta es sí, es posible que un juez con inteligencia artificial exista en un futuro no muy lejano. La inteligencia artificial podría ser programada para analizar y entender la ley y los precedentes legales, y luego tomar decisiones justas e imparciales basadas en ese conocimiento. Además, la velocidad y la eficiencia de un juez con inteligencia artificial podrían ser mucho mayores que las de un juez humano, lo que podría reducir significativamente el tiempo y los costos de los procesos legales.

 

Sin embargo, también hay preocupaciones legítimas sobre la utilización de la inteligencia artificial en la toma de decisiones legales. Una de las mayores preocupaciones es la falta de accountability o responsabilidad. ¿Quién sería responsable de las decisiones tomadas por un juez con inteligencia artificial? ¿Sería la responsabilidad del programador, del propietario de la tecnología o del sistema en sí?

 

Además, hay preocupaciones sobre la imparcialidad de un juez con inteligencia artificial. ¿Cómo se garantizaría que un juez con inteligencia artificial no esté influenciado por prejuicios o sesgos incorporados en su programación? ¿Cómo se aseguraría de que las decisiones tomadas por un juez con inteligencia artificial sean justas y equitativas para todas las partes involucradas?

 

Otra preocupación importante es la privacidad y la protección de la información. ¿Cómo se protegerían los derechos a la privacidad y la confidencialidad de las partes involucradas en un proceso legal?

 

En conclusión, aunque es posible que un juez con inteligencia artificial exista en un futuro cercano, aún hay muchas preocupaciones legítimas que deben abordarse antes de que se adopte ampliamente en el sistema judicial. Será necesario un diálogo abierto y honesto sobre los desafíos y oportunidades que presenta la utilización de la inteligencia artificial en la justicia antes de tomar cualquier decisión sobre su implementación.”

                          La rápida y razonable respuesta recibida del chat con inteligencia artificial, me estremeció, lo confieso. ¿A qué distancia estamos para que la tecnología reemplace al ser humano?

                          Si vamos puntualmente al tema jurídico, todos las críticas que le realizamos a los jueces humanos por sus sesgos de razonamiento, inclinaciones, preconceptos y hasta influencias indebidas, ¿podrían ser superados por jueces robóticos con inteligencia artificial?

                          Si es posible alcanzar una justicia robótica, ¿que no podría hacerse con una gran cantidad de actividades humanas, por ejemplo con la del periodismo? Como se vio más arriba, un artículo puede ser escrito en segundos por la inteligencia artificial.

                          En su extraordinario libro Homo Deus, el pensador israelita Yuval Noah Harari nos habla del “dataísmo”, una escuela de pensamiento que sostiene que el universo está formado por flujos de datos. El valor de cada acontecimiento o entidad varía en función de lo que contribuye al tratamiento de los datos. Además de la informática, la biología le sirve de base, lo que puede llevar a un cambio radical en la naturaleza de la vida.

                      Para sintetizar, es el manejo, organización e interpretación de una masiva cantidad de datos lo que determinará nuestra vida futura, y ello sólo puede lograrse a través de la inteligencia artificial.

                      Las principales compañías tecnológicas están invirtiendo fuertemente en su desarrollo. El Chat GPT, hoy accesible para todos, fue creado por Elon Musk y su compañía OpenAI. Hace pocos días, Bill Gates invirtió en ella. Por su lado, el gigante Google desarrolla su propio sistema, denominado “Bard”.

                          ¿Hacia allí vamos? Es un tema de profunda raigambre filosófica, que se debate ya entre los pensadores: ¿Se reducirá la importancia del ser humano como ser superior de la creación? ¿Se terminará el pensamiento crítico? Más aún, ¿se terminará la necesidad de pensar? ¿Le diremos chau a lo bellamente imperfecto de nuestra condición humana?

                      El famoso físico británico ya fallecido, Stephen Hawking, dijo en 2014 a la BBC que reconocía las grandes oportunidades surgidas gracias a los avances de la inteligencia artificial, pero advirtió que “el desarrollo de una inteligencia artificial completa podría significar el fin de la raza humana”.

                      El propio creador de Microsoft, Bill Gates, opinó que el control sobre la inteligencia artificial está entre los problemas a analizar. Se preguntó ¿qué pasa si los humanos que la controlan toman la dirección equivocada o pierden el control?

                      Si los datos controlan la biología, tal como lo plantea el dataísmo, dando la posibilidad de cambiar radicalmente la vida humana, incluyendo la posibilidad de la amortalidad, ¿que podríamos esperar de cuestiones más mundanas y menos trascendentes?

                      Es cierto, estamos nuevamente ante las puertas de una transformación radical del mundo, y debemos estar atentos, no sólo desde un punto de vista instrumental, también de una nueva espiritualidad que nos prepare para encarar estos desafíos que llevan casi al límite al ser humano, el de saber para que vivimos.

                      Si una persona fallecida hace treinta o cuarenta años reviviera, seguramente se desconcertaría en este universo de la tecnología, las comunicaciones, el internet, las redes sociales.

                      Los seres humanos somos adaptativos. Creo que pasaría lo mismo con la inteligencia artificial. Contra todo pronóstico estremecedor, la tecnología encontrará su techo y no podrá superar el libre albedrío humano. O sí?

                      Por las dudas, en mi próximo artículo busquen indicios de un articulista robot.

                      Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

*Los artículos de esta página son de libre reproducción, a condición de citar su fuente

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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