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SOMOS MUCHOS MÁS QUE DOS

CENSO 2022

“El primer dato es una especie de “boca de urna”, no tenía la consistencia, las variaciones que después pudimos hacer”

Marcos Lavagna, titular del INDEC

*Censo 2022. Somos 46.044.703 de argentinos, un 13% más que en 2010. Corrientes creció el 20,6%, es decir 204.958 habitantes más, contra el 8,31% y 87.704 del Chaco. Cambió la tendencia y por primera vez en más de treinta años, tenemos más habitantes (1.197.553) que la provincia hermana (1.142.963). ¿Explicaciones de tamaño salto demográfico? Se escuchan razones.

**Ubicados quintos en los porcentajes de crecimiento poblacional, los números correntinos deberían reflejar una más justa distribución de los recursos públicos. Improbable.

***Cultores de la contabilidad creativa, el kirchnerismo ha sabido arreglar las cuentas para que siempre les otorgue saldo favorable. El Indec no es la excepción.

                          En los últimos meses la Argentina tuvo una tremenda tasa negativa de crecimiento poblacional. Contando desde mayo del año pasado a hoy, somos un millón doscientos mil habitantes menos. Datos del propio Indec.

                          Pero no, los números no forman parte de las ciencias exactas en el país kirchnerista, se manejan de acuerdo con las “necesidades” del gobierno. Por ello, el propio titular del organismo estadístico aclaró que los primeros resultados del Censo 2022 fueron una especie de “boca de urna” ¿vió?, los de ahora son los reales, o por lo menos eso dijo.

                          Los gobiernos del movimiento político en el poder han tenido una relación conflictiva con las matemáticas, las han convertido en una ciencia social, no exacta. El Indec de Moreno, fue la manipulación orquestada para la monumental estafa en materia estadística. Los números no eran lo que eran sino los que Moreno y Cristina decían que eran.

                          Por ello, cuando de estadísticas oficiales hablamos, en este caso el Censo 2022, los ciudadanos nos curamos en salud, y pretendemos ver la intención detrás del velo. ¿Cómo que en nueve meses somos un millón doscientos mil habitantes menos? Es que el kirchnerismo manejando el Indec es cómo un mono con navaja. Cultores de la contabilidad,  creerles es como creer que el Chaqueño brinda con Manaos.

                          Chanzas aparte, el último informe dado en conferencia de prensa por Lavagna indica que somos 46.044.703 de argentinos, de los cuales el 51,76% son mujeres, el 48,22% son hombres, y el 0,02% son personas auto percibidas no binarias (primera vez que se formula esta consulta respecto al género).

                          El incremento poblacional fue alrededor del 13 % en los últimos 12 años, siendo la población femenina la que creció por encima de la masculina, levemente: en cantidad, hay 23.690.481 mujeres, 22.072.046 hombres y 8.293 no binarios.

                          Si uno se pregunta para que son los censos, surge en una primera lectura para conocer la realidad poblacional del país, y, como consecuencia de ello, para instrumentar políticas públicas. Si eso es así, los censos decenales colectan datos absolutamente insuficientes.

                          En tal sentido, el nuevo rubro en el censo, el del género auto percibido que llegó al 0,02%, contrasta con la falta de datos concretos de otros sectores que hubieran servido para adoptar políticas dirigidas hacia los mismos, tal el caso de la población discapacitada, por citar un ejemplo, que necesita de una visión estatal importante.

                          No se trata de estratificar cualitativamente a las personas o a los grupos de personas, no deberían ser unas más importantes que otras para el poder público, sino de priorizar sus problemáticas.

                          Y cómo los presupuestos representan el programa gubernamental traducido en números, valga decir que los números asignados en el presupuesto 2023 para los no binarios, son desproporcionados y siderales, lo que significa que la problemática de estos ciudadanos están muy por encima de la de los discapacitados. Es la pauta de la gradación de valores que maneja el elenco gubernamental.

                          Ya sabemos cuánto somos, por lo menos lo que nos dice el Indec del gobierno. Ahora, ¿sabemos para qué nos servirán esos números?, es decir ¿cambiarán algunas políticas públicas con relación a los datos censales? No lo sabemos, pero lo dudamos.

                          El caso del municipio de La Matanza, guarida y base política del kirchnerismo es, por lo menos, sospechoso. En el censo de 2010, durante el gobierno de Cristina Kirchner, la tasa de crecimiento del municipio fue del 3,90% contra la del 1,13% del total país. Ello significaba que para 2022 era esperable que La Matanza tuviera 536.375 habitantes más. Pero no, tuvo apenas 57.866, con una tasa de crecimiento de -0,20%, contra un 1.16% del total país.

                          La realidad es que todo fue un engaño. Los números “falseados” del censo de 2010, le permitieron embolsar a La Matanza 83.000 millones de pesos más de lo que le correspondería, en desmedro del resto de las comunas. Hoy, con los números de 2022, la estafa quedó al descubierto, pero “marche preso”.

                          Con un gobierno que fue capaz de montar un monumental engaño a través de un organismo público, como fue el Indec de Moreno, manejando los números e índices de acuerdo con sus necesidades políticas, creo que se ha violentado el abc de la credibilidad mínima. Todo lo que venga después, deberá estar necesariamente bajo la lupa de “dudoso”.

                           Estamos en Corrientes y una lectura regional del censo también es necesaria, especialmente cuando los números cambian la tendencia.

                          En los últimos treinta y dos años, los números comparativos entre Corrientes y Chaco se movieron en el mismo sentido. Desde el censo de 1991, pasando por el de 2001 y 2010, la provincia hermana siempre estuvo por encima nuestro en cuánto a la cantidad de habitantes. La tasa de crecimiento fue similar. Por ejemplo en el período 2001/2010, para el Chaco fue del 7,2% y para Corrientes el 6,2%.

                          En el censo 2010, el número de chaqueños alcanzó a 1.055.259 y el de correntinos a 992.595, es decir 62.664 más para los de Capitanich.

                          Pero la tendencia de años se revirtió. Corrientes creció en el período 2010/2022 el 20,6% aumentando su población en 204.958 habitantes, contra un 8,31% del Chaco, que registró un incremento de apenas 87.704. En cantidad total de habitantes, por primera vez en años los correntinos somos más que los chaqueños: 1.197.553 contra 1.142.963.

                          ¿Qué pasó? Eso será materia de análisis más profundos, razones políticas, demográficas, económicas, sociales, estadísticas, serán los parámetros que se utilicen para explicar ese cambio de tendencia tan marcado. ¿Tendremos en Corrientes una mayor tasa de natalidad o será un mejor lugar para vivir? No puedo responder, no imagino las causas.

                          Sin embargo, las consecuencias financieras que se derivan de tales guarismos son la de un cambio en el número de distribución de los recursos estatales.

                          Según la ley, los recursos de transferencia automática de la coparticipación federal de impuestos, se efectúa por índices prefijados en la ley 23.548. A Corrientes, el 3,86% de la masa coparticipable, al Chaco el 5,28%.

                          Si por vía de los censos, calculáramos el porcentaje per cápita de coparticipación, diríamos que hoy el Chaco recibe un 0,00046% por habitante, Corrientes apenas un 0,00032. Si a ello se suman las transferencias no automáticas que privilegian al gobierno chaqueño del mismo palo político, tendríamos la noción exacta de la discriminación a que estamos siendo sometidos los correntinos.

                          Sin dudas que ello tiene un impacto directo en el movimiento económico de ambas provincias, porque el volumen de dinero que introducen los estados es altamente significativo comparando con el de la actividad estrictamente privada.

                          Las conclusiones e interrogantes formulados, tal vez sirvan simplemente para distracción de los analistas y pensadores, porque en la práctica tendrán muy poco efecto en el cambio de la ecuación económico-financiera de ambos estados provinciales.

                          Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

*Los artículos de esta página son de libre reproducción, a condición de citar su fuente

 

 

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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