
HACIA 2027
“No tengo dudas de que, luego de lo que ocurrió el 26 de octubre, Argentina va a ser grande nuevamente”
Javier Milei, 12° Congreso de Economía Regional del Club de la Libertad-Corrientes
***Un inesperado resultado electoral cambió la suerte del gobierno libertario. Hoy, pareciera que todo le sonríe. En ello, su amigo ideológico, Trump, tuvo un papel importantísimo. ¿A qué costo? Eso es secreto de estado. Por dos años, el pago de la deuda está blindado. El camino hacia 2027 se pavimenta para Milei y su deseado refiche. Aun así, los problemas reales de la economía subsisten, y la gente espera una recuperación económica de sus bolsillos.
Apenas un par de semanas antes de la elección del 26 de octubre, parecía que al gobierno se le venía a la noche electoral, con una catástrofe financiera en ciernes.
El teléfono sonó en Washington y, como por arte de magia, con unos pocos tuits, todo cambió. Así de volátil es el mercado, así de líquida la política. Milei ganó la elección y el sector financiero mostró su mejor cara, Los que días antes “corrían a los botes”, ahora aplaudían en cubierta, en el mismo barco, con el mismo capitán y la misma carta de navegación.
No era para menos. El gigante del norte venía en nuestro auxilio. Pero, aunque amigos son los amigos, diría el fallecido Carlín, nadie apostaba a la generosidad de Trump, el salvavidas tendría un costo para la Argentina. Nadie regala nada, lógicamente.
“La amistad ideológica de Trump, le dio una mano grande a Milei. Lo sacó del inminente naufragio y le pavimenta el camino hacia 2027”
Bessent dijo que su país ganó dinero. Todo hace suponer que lo hizo con la bicicleta financiera llamada “carry trade”. La ganancia, se especula, no fue solo del tesoro norteamericano, también fueron jugosas la de los apostadores financieros amigos del Secretario del Tesoro de EEUU.
No se revelaron los detalles del salvataje: el monto, la tasa, el plazo y las condiciones de la deuda contraída. Milei y Toto Caputo manejan el patrimonio público de manera discrecional y la falta de transparencia se ha hecho un método habitual en el gobierno libertario.
Lo cierto y concreto es que el pago de la deuda de los dos años que vienen estaría asegurado, lo que aleja el fantasma del “default”. Ante el blindaje yanqui, la baja del riesgo país permitiría retornar al mercado voluntario de deuda.
Como condición del salvataje además de las obligaciones financieras, el jueves Argentina firmó el Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones, redactado por la administración Trump. El mismo texto y el mismo día, suscribieron también Guatemala, El Salvador y Ecuador. Como antaño, los yanquis empiezan a ordenar su patio trasero.
En cuánto a los compromisos adquiridos por ambos estados, algunas fuentes diplomáticas señalaron que nuestro país tiene el doble de obligaciones por la mitad de las ventajas. Otros, más jugados, dicen que el acuerdo es favorable a los Estados en proporción de cinco a uno. Los detalles por área se irán viendo con el transcurrir del tiempo.
Sin no hay mejor negociador que Trump, como el mismo se califica en su libro de 1987, “El arte de la negociación”, también es cierto que, como expresa Florencia Dónovan en La Nación, “no hay sillón que ofrezca mejor plafón para negociar que el del Salón Oval”.
Con el transcurso del tiempo iremos leyendo la letra chica, que aún se está elaborando. Veremos, por sector de la economía, si ganamos o perdemos con el acuerdo, si lograremos un saldo favorable en la balanza comercial y, sobre todo, si tendremos inversiones que traigan empleo, el gran déficit de nuestro país.
Pero, tiempo al tiempo. El presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina, Alejandro Díaz, definió al actual gobierno de Milei como “de transición”, agregando que para cambiar el clima de negocios, “tenemos que transitar primero un período de múltiples construcciones de confianza”.
Trump respalda ideológicamente a Milei, pero no ofrece apoyo sin condiciones. Esta alianza podría facilitar la reelección de Milei en 2027, aunque no esté para nada claro lo que le costará a nuestro país.

“Es secreto de estado el costo de la ayuda estadounidense. Todo muy opaco. Y como nada es gratis, los argentinos sabremos más adelante el precio pagado”
Pero falta mucho, es riesgoso realizar pronósticos a mediano y largo plazo en la Argentina, dónde todo es frágil, líquido -al decir del sociólogo polaco Zygmunt Bauman- y puede cambiar en un santiamén. Nada puede asegurarse. Aunque los ojos vean un horizonte bastante despejado, no todo podría ser lo que parece, y los problemas reaparecer apenas lleguemos al final de nuestras propias narices.
Hay que decir que el peor enemigo del gobierno libertario es el propio gobierno libertario. Construido sobre la base de una ideología, pero con graves problemas de gestión y de temperamento, no descartemos que un error no forzado del mismo, podría convertir los buenos augurios en intenciones muertas.
Sin embargo, asoma un “nuevo” Milei, sin tanto insulto y desacreditación de los opositores, especialmente de aquellos que podrían ser sus aliados. Con ello, debería generarse el clima propicio para que las negociaciones políticas fructifiquen, en búsqueda de objetivos importantes.
Esta segunda etapa, debería contar con reformas claves que modifiquen la estructura laboral, impositiva y previsional de la Argentina. Será batallas duras, cada punto a modificar puede ser objeto de intensas negociaciones, porque estarán en juego derechos ya adquiridos, pero también condiciones para elaborar un futuro mejor.
Las perspectivas legislativas son buenas, en tanto no se quiera imponer las reformas a libro cerrado. Las últimas elecciones determinaron un panorama mejor a partir del 10 de diciembre próximo.
“Mientras esperamos soluciones a la economía real de los bolsillos argentinos, una nueva etapa se inicia con expectativas optimistas”
La Cámara de Diputados tiene 257 integrantes. El bloque de LLA alcanzará 93 bancas propias, si suma aliados como el Pro y sectores radicales, podría llegar a 107. El peronismo/kirchnerismo queda con 98 bancas. Otros bloques, que anuncian la conformación de un interbloque (Provincias Unidas, Pichetto, entre otros), alcanzarían 17 bancas.
En el Senado, conformado por 72 senadores, LLA tendrá 20 senadores y el kirchnerismo 28. Otras fuerzas (UCR, Pro, partidos provinciales) se reparten los otras 24 bancas.
El gobierno ha conformado una presencia legislativa que le permite blindar los vetos. Pero ahora, con la nueva estrategia, ello no es suficiente. No le alcanza para el quórum y menos, lógicamente, para llegar a la mayoría absoluta. Debe negociar para aprobar leyes.
Es cierto que en los dos primeros años, muchos sectores no oficialistas tuvieron el “sí” fácil, pero fue un tiempo del toma y daca, “dou ut des”, te doy para que me des.
Suponemos que ahora las conversaciones serán más orgánicas y menos oportunistas, para tejer un entramado político que nos permita emerger con mayores posibilidades de la crisis económica que todavía subsiste en la mayoría de los hogares argentinos.
Cruzamos los dedos.
