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UN COMBATE DECISIVO

ELECCIONES PCIA. BUENOS AIRES

“Es a todo nada, desde destruir el programa económico a intentar matarme”

Presidente Milei, a un medio francés

***Aunque la elección se realice en territorio bonaerense, todos los argentinos estamos pendientes de su resultado. Para Kicillof, un score adverso le traería dificultades en su administración y cuestionaría su carácter de presidenciable. Para Milei sería más dañoso, porque contribuiría a una pérdida de confianza pública, que sumaría a las penurias económicas que apenas se alcanzan a disimular y a los escándalos de corrupción que afectan su gobierno. Es una batalla, pero que seguramente tendrá su incidencia en el resultado final.

                   No es la madre de todas las batallas, pero se le parece. La elección en la Provincia de Buenos Aires se presenta como el Rubicón que deben atravesar tanto el presidente como el gobernador, si quieren tener viento a favor en lo que les resta del mandato y armar un escenario medianamente favorable para la propia gestión y para sus aspiraciones presidenciales de 2027.

                   Los más de trece millones de bonaerenses, que representan el 37% del total de electores del país, serán la primera instancia del fallo final que se producirá en las nacionales del 26 de octubre.

                   Ninguna vez, que se recuerde, una elección distrital tiene tanta importancia cómo ésta, menos aún cuando se trata de comicios de medio término, que sólo elegirán legisladores.

                   Es la pelea de fondo de la velada, que no enfrentará a los caudillos locales o a los candidatos de cada espacio, sino, nada menos, al Presidente de la Nación con el Gobernador de la Provincia. Así están planteadas las cosas.

                   Obviamente, cómo ya parece normal en estos tiempos, la campaña fue dura, violenta en los hechos y en las palabras, dónde los adversarios electorales se presentan como verdaderos enemigos.

                   La seguridad del acto de cierre de campaña de los libertarios, aprovechando el manejo del estado, fue más propio de una reunión del G20 que de un mitin político. Las fuerzas combinadas de Patricia Bullrich, blindaron la zona y ayudaron para semejar un escenario de combate.

“Con retórica de guerra y un acto de cierre de campaña en el corazón del kirchnerismo, una fortaleza de fuerzas combinadas saturaron la zona. Se duda si fueron más los policías que los participantes”

                   Es que así fueron planteadas las cosas por ambos sectores. Kicillof, desde La Plata, no se ha ahorrado críticas contra el presidente, y desea afianzarse políticamente para ser su competidor en 2027.

                   Milei, cómo es su costumbre, acosado como está por varios frentes que amenazan su gobierno, utilizó el ataque cómo su mejor defensa. Identificó al kirchnerismo con el “Nunca más” de la dictadura militar y se victimizó: “quieren matarme”.

                   Es evidente, el ambiente bonaerense se encuentra inflamado por el cariz de la campaña, resulta una verdadera contienda casi bélica, dónde ganar o perder es un límite tan delgado como el filo de un cuchillo.

                   Pero aquello que pareciera el enfrentamiento barrial de dos “tauras” de poncho y puñal, se extiende mucho más allá de la satisfacción de sus respectivos egos. Ambos son gobernantes en ejercicio, a los que les resta más de dos años de mandato. Cómo si ello no bastara para darle dramatismo a la contienda, son potenciales candidatos presidenciales para 2027.

                   El asunto es que en el medio de la balacera nos encontramos los ciudadanos, los bonaerenses por una parte y todos los argentinos por la otra.

                   No llego a dimensionar del todo si ésta es una situación inédita, o por lo menos extraordinaria. Unos comicios de los que, dramáticamente dependerá el desarrollo de nuestras condiciones de vida. Lo saben, tanto Milei como Kicillof.

                   Para el gobernador, perder escaños en la Legislatura le importará dificultades para gestionar. En su interna, no quedará cómo el sucesor indiscutido de Cristina, deberá remar para ubicarse como el representante del kirchnerismo. Necesita ganar, aunque sea por un voto.

                   Para Javier Milei, a mi juicio la cosa es más problemática. Su gobierno se encuentra arrinconado, por errores no forzados pero también por las presiones de la situación económica y social.

“Por primera vez, bajaron a Karina Milei del viaje a los EEUU que emprendió el presidente. Raro no?, luego de no haber faltado nunca en las diez visitas anteriores.

                   El escándalo de las grabaciones y de los medicamentos para discapacitados, para el oficialismo fue como recibir de lleno un puño en la mandíbula que lo dejó casi nocaut. Tardó varios días en levantarse e intentar excusas que, más que convencer, lo hacían más sospechosos.

                   El Jefe, Karina Milei, la viga principal de la estructura gubernamental, fue aludida cómo la beneficiaria de las “coimas” en la venta de medicamentos. La negativa del gobierno, la prohibición de difundir las grabaciones, la acusación de “opereta política” al adversario, no alcanzaron para apagar el fuego del escarnio.

Ni el gobierno mismo sabe de dónde vienen las grabaciones, ni en qué ámbito se realizaron. Pero, el asunto de fondo no son las grabaciones, sino la verdad o la mentira de su contenido. La justicia deberá determinarlo.

                   Ni con la estafa #LIBRA se los vio tan desorientados a los funcionarios y a los troles que los acompañan. Primero, “silenzio stampa”, y luego versiones conspirativas. Deberían probar con colaborar para esclarecer los hechos, para variar, digo.

                   “Éramos pocos y parió la abuela”, pareciera que se escuchó en Casa Rosada cuándo explotaron las grabaciones. Es que el gobierno apenas viene sosteniendo la economía, que se asemeja a una bomba con espoleta de retardo para después del 26 de octubre.

                   Los entendidos en la materia, si es que los hay en economía pública, vienen anunciando el peligro de diversas calamidades con el programa de Caputo, una débil represa para contener aquello que parece acumularse con más y más tensiones.

“Es fundamental para el gobierno nacional ganar o, por lo menos, perder por menos de cinco puntos. Caso contrario, podría ceder la represa económica y causar una inundación antes del 26 de octubre”

                  La aspiradora gigante para absorber pesos y evitar que vayan a la moneda norteamericana, tasas estratosféricas fuera de contexto, el incremento del riesgo país a 900 puntos básicos (un 24% más que cuando se firmó el convenio con el FMI allá por abril), la vuelta de la intervención del Banco Central para contener la disparada del dólar a través de venta de las escasas reservas, no exhiben un panorama de situación controlada.

                   Para los que poco conocemos de economía, tenemos la sensación de que el lunes 27 de octubre es el día después de mañana. Obviamente, si así fuera: ¡agarrate Catalina! Si la economía es la ciencia de la administración de la escasez, en la que, como dice Milei, las necesidades son infinitas y los recursos finitos, casi seguramente los ingresos familiares quedarán muy lejos de cubrir la canasta cuando ceda la represa.

                   Por ello que, creo, es fundamental para el gobierno, ganar la elección del domingo, o por lo menos no perderla, porque sino una caída vertical de la confianza pública demostrará que no existe plan ni gobierno que pueda soportarla.

                   ¿Pero que es ganar? Para Milei es no perder por más de cinco puntos. Ya abrió el paraguas cuando, en su discurso, anunció que las encuestas dan “un empate técnico”.

                   Finalmente, el lunes sabremos si es el día después de mañana, o es el primer día de los que le restan al presidente. A cruzar los dedos.

                   Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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