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LA FAUNA DE CANDIDATOS

CIERRE DE LISTAS

“Milei no tiene con quién perder”

Pablo Semán, sociólogo

                     La democracia es un concepto social, pero con una cara aritmética. Esa cara es la de los números que determinan mayorías y minorías, siempre deben acompañar a quienes intentan ejercer la representación de sus ciudadanos en las distintas ramas del gobierno.

                     ¿Cómo se adquieren esos números? Además de todo lo que conocemos y pregonamos, como los partidos y alianzas, las propuestas, la credibilidad montada en experiencias anteriores, también son importantes los nombres en las listas.

                     ¿Pero qué tan importantes son los nombres en una lista sábana de legisladores? Depende. Si el proyecto es superior a sus intérpretes y ejecutantes, poco. Si no hay proyecto, mucho.

                     Una lista de candidatos tiene varios nombres, todos los espacios políticos pretenden tener uno o dos que encabecen y que sean más o menos conocidos, para engordar la taquilla. De allí, la viciosa práctica de poner a la cabeza a candidatos testimoniales.

                     Un boleta con personas casi NN, que bien pueden tener todas las condiciones para destacarse y hacer una gestión útil, tendrá escasas posibilidades electorales si es que no está inserta en un espacio que marche detrás de un proyecto.

                     La pregunta es, especialmente en las nacionales del 26 de octubre, qué ofrecen los distintos sectores políticos a la ciudadanía.

“En el mercado de valores de la política, la autonomía de pensamiento cotiza bajo. Las acciones más buscadas por los poderosos son la fidelidad y la obediencia ciega. Pensar es un pecado, subordinarse una condición. Así forman sus listas de candidatos”

                     Milei se permitió mechar algunos nombres de la farándula en sus nóminas. En Corrientes, por ejemplo, está en primer lugar Virginia Gallardo, figura de la televisión, que es transpolada desde Caba a Corrientes.

                     Tiene como mérito haber sido alumna de Milei, aunque, desde su asentamiento porteño, no se le conocen actividades en favor de los correntinos antes de ahora. Tal vez se ocupe del pago chico desde su banca, si es electa.

                     La LLA, el oficialismo nacional, tiene una figura preponderante y un proyecto, definido y expuesto, le guste a quién le guste. Al votar legisladores se está votando a Javier Milei y a sus ideas libertarias. El nombre de los candidatos casi no cuenta, sólo su condiciones de acata órdenes.

                     Lo dijo el ex radical con peluca Rodrigo de Loredo, al rechazar una candidatura: “No me voy a someter, porque lo que quiere el gobierno con sus candidatos es sumisión”. Tarde piaste.

                     En cambio, en el pero kirchnerismo deben ser más cuidadosos con los nombres, porque es un espacio que insiste en presentarse sin una renovación de ideas y propuestas, con la misma impronta que lo llevó a perder en 2023. “Volver a lo que fue” es el mensaje y no “Volvemos mejores, con mejores propuestas y renovación de figuras”.

                     De allí que el nombre de un dinosaurio con buena imagen, Jorge Taiana, excanciller, intenta tapar con una mano de barniz, los viejos vicios de una insignia política que tiene de todo, menos autocrítica y renovación.

                     Pensamos que Javier Milei tiene las chances de ganarle al cristi-kicillofismo, porque éstos no ofrecen nada nuevo, aunque su núcleo duro de votantes y los heridos por la economía de la motosierra puedan representar un áspero escollo para el gobierno.

“La figura presidencial y el proyecto libertario es lo que cuenta para el oficialismo. El cristi-kicillofismo, sin proyecto de renovación por delante, debe esconder a sus “piantavotos” como Máximo, y colocar a la cabeza a figuras con algo de prestigio”

                     Sin embargo, siendo gobierno, las expectativas y los resultados de la gestión, juegan un papel importante, ora a favor, ora en contra. Caso Macri, que en las intermedias de 2017 ganó cómodamente, para caer en las presidenciales de 2019.

                     Y el gobierno, si bien cuenta con las mejores chances, producto de una sociedad que continúa haciéndole pagar al peronismo su identificación con la corrupción pública, no las tiene todas consigo, precisamente en lo que es su mascarón de proa: la gestión económica.

                     El activo principal de Milei es la baja de la inflación, paro a la par tiene muchos débitos, que se hicieron evidentes en los últimos meses.

                     Un dólar cada vez más indomable, la caída del consumo, una economía casi recesiva, los parches reiterados en un plan que muestra signos de agotamiento, la ingobernabilidad parlamentaria, el insulto presidencial que ya no rinde como antes, son signos más que evidentes que muestran a un 26 de octubre demasiado lejos.

                      Cualquier peón práctico en economía, sin necesidad de ser un profesor universitario, puede darse cuenta de que con las tasas estratosféricas que pagan los bancos, existe una inestabilidad que acumula tensiones. Más temprano que tarde puede implosionar.

                     La perentoria necesidad de sacar la mayor cantidad de pesos de circulación, para que no vayan al dólar y de ahí a los precios, ha hecho del programa monetario una aspiradora gigante, que condujo a un virtual enfrentamiento entre los bancos y el gobierno. Todo peso que camina, va a parar a la cocina (BCRA).

                     El panorama sugiere que al Toto Caputo se le comienzan a ver las inconsistencias de su programa por debajo del traje de economista libertario. Pareciera dedicado, ahora, a reforzar el “plan postergar”, tratando de evitar que la granada le explote antes del 26 de octubre.

“Sin un adversario potente que lo amenace, el gobierno puede sólo perder contra sí mismo, en caso de que la economía se desmadre antes de las elecciones”

                     La perspectiva predominante indica que el gobierno únicamente puede experimentar una derrota por factores internos, adoptando una definición amplia de “perder” que también incluye situaciones de victoria marginal, como “ganar por poco”.

                     Si así fuere, el destino electoral del oficialismo y de la segunda parte del mandato, está atado a su propia performance de gestión. Si, como dijera Semán, “Milei no tiene con quién perder”, podríamos decir que “Milei podría perder con Milei”

                     El escenario electoral se completa con movimientos políticos que se han vuelto casi marginales, caso del radicalismo, el Ari y otros, que mostraron su peor cara con la presentación de listas dividida en diversas jurisdicciones. Agua para el molino libertario. Demás está nombrar al Pro, un partido con un pie en el cajón, absolutamente absorbido y amancebado con la ultraderecha.

                     Seguramente, a partir del 10 de diciembre, el gobierno tendrá más senadores y más diputados, pero no alcanzará la cifra para el control total del Congreso, aunque no hay que descartar la importancia de los “héroes” que siempre están dispuestos a protagonizar actos heroicos para su propio engorde.

                     Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

 

 

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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