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Mr. LAMELAS: DIPLOMACIA CON OLOR A NAFTALINA

INJERENCISMO

“Voy a viajar por las provincias, hablar con los gobernadores y vigilar de cerca los proyectos con participación china”

Peter Lamelas, embajador de Estados Unidos

                   Nuestro país está atravesando la etapa B de las “relaciones carnales” con los Estados Unidos de los tiempos de Carlos Menem, aunque con el riojano fueron más simbólicas que efectivas, no como ahora.

                   La asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos en su segundo mandato, le vino como anillo al dedo al régimen ultraderechista de Javier Milei.

                   Más temprano que tarde, nuestro primer mandatario fue en busca de la foto testimonial, para luego, repetidamente, estar en cuánto acontecimiento le sirviera para demostrar su apego al magnate y exhibir su incondicional apoyo.

                   Tengo para mí que el panorama descripto no surge de una relación de estado a estado, de Argentina con Estados Unidos, sino de persona a persona que comparten un ideario común. Pero es una relación evidentemente asimétrica, porque nuestro presidente se presenta cómo un admirador y subordinado del primer mandatario del norte.

                   Es más, la propia megalomanía del argentino, lo hace fantasear con compartir el podio, un escalón más abajo, con el norteamericano. Pero no como mandatario, sino como estrella de la ultraderecha mundial.

“La sumisión de Milei a su homólogo del norte, representa un escollo al ejercicio independiente de nuestra política interna”

                   En la visita programada para setiembre al país del norte, el entorno de Milei le prepara una recorrida intensa para dar conferencias, no para obrar como presidente.

                   De tal modo, con pretensiones de niño mimado, el mandatario argentino le ha abierto las puertas a cuánto funcionario de Estados Unidos quiera visitar el país, pero fundamentalmente a aquéllos que tienen una impronta ideológica similar, como la visita de la Secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, bajo cuya órbita está la agresiva política de inmigración.

                   En ese contexto, se produce la designación del embajador norteamericano en nuestro país. Se trata de Peter Lamelas, un aportante importante a la campaña Trump, que no es diplomático de carrera.

                   En la reunión de la comisión senatorial de acuerdos, el señor Lamelas, cubano de nacimiento, se expresó con el lenguaje llano y directo que no entiende de formalidades diplomáticas.

                   Expresó que va a hacer lo posible para que Milei sea reelecto, que va a luchar por el no regreso del kirchnerismo y que recorrerá el país para hablar con cada gobernador y analizar los acuerdos de cada provincia con China.

                   Se presentó como adalid contra la corrupción, al expresar que “hay 23 provincias y cada una tiene su propio gobierno, que puede negociar con fuerzas externas, con los chinos u otros para hacer proyectos (…). Eso también puede prestarse a la corrupción por parte de los chinos”. Que suerte que Don Lamelas viene a salvarnos de los corruptos.

                   ¿No les parece que es too much? Parece el virrey de Trump y no un embajador de un país extranjero. Por mucho menos que eso, se han rechazado las credenciales de otros diplomáticos.

                   Pero, además, merece del gobierno argentino, por lo menos, un llamado de atención por la manera improcedente y descarada de intentar intervenir en la política interna de un país soberano.

“Las expresiones del embajador norteamericano designado, Peter Lamelas, constituyen una remake de la política exterior de ese país en los tiempos de la guerra fría”

                   Es cierto, Mr. Lamelas no tiene la culpa. Sabe poco de suavidades diplomáticas, cree que está en territorio norteamericano y que Trump tiene el poder de fijar las políticas de la Argentina. Como los niños y los borrachos, dijo la verdad de su misión.

                   No soy afecto a los nacionalismos baratos. Pero aceptar sin quejas las expresiones del cubano-norteamericano, y eventualmente darle el placet, es como olvidar por completo que hubo un 9 de Julio de 1816.

                   Si los chinos realizan inversiones en diversas áreas de nuestro país, sobre todo en la minera, la conveniencia y las condiciones las evaluamos nosotros. Eso es lo que importa, y no aquello que le convenga o no a otro estado con pretensiones hegemónicas.

                   La cuestión no es lo que dice Lamelas, sino la manera en que reacciona el gobierno argentino, y parece que está dispuesto a hacer “mutis por el foro”.

                 Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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