LA CORRUPCIÓN VIENE EN VALIJAS
“El karma argentino no parece ser sólo un producto esotérico, antes bien es el sentimiento de impunidad que hace presa de los representantes y la ausencia de una auténtica cultura ética en la sociedad”.
Jorge Eduardo Simonetti, “Las zonas oscuras de la democracia” (2020)
***Por éstos días, la justicia comienza a investigar el misterioso vuelo de un avión del flamante comprador de Fly Bondi, Leonardo Scaturicce. Aterrizó en febrero de este año con una sola pasajera y con más de una decena de valijas que no fueron revisadas. El empresario pertenece a la cofradía libertaria y tiene aceitados vínculos con el poder. Se sospecha que el contenido de las valijas tienen que ver con lo producido por la estafa #LIBRA.
Néstor Kirchner fue un político que se destacó por su feroz pragmatismo. “Para hacer política se necesita plata”, repetía sin ponerse colorado. Y tenía razón, aunque la mayoría de los políticos opten por poner un manto de silencio y mantener en la obscuridad el origen de los dineros para financiarla.
Es que la política, actividad esencial de la democracia, tiene como principal objetivo lograr el conocimiento del candidato y de la agrupación política que lo propone. No se llega a un cargo electivo sin los votos, y los votos suponen de manera elemental una base financiera importante para expandir la presencia pública.
En nuestro país, el financiamiento de la política siempre fue un tema casi tabú. En la mayoría de los casos, los propios operadores del sistema (los políticos) blanquean sus fondos sólo en sus aspectos mínimos, para cumplir con la ley. El resto está inmerso en una niebla espesa.
La otra cuestión es la actitud hipócrita de la sociedad, para la cual los gastos en la política son innecesarios, cuando no “sucios”, y repudian todo lo que tenga que ver con ello.
De manera tal que la subsistencia del sistema democrático parece depender de una entidad incorpórea, que por arte de magia distribuye puestos electivos, sin las “efectividades conducentes” de la que deberían disponer partidos y candidatos.
“El financiamiento de la política siempre tiene una cara oscura. El gobierno, que se presentó como el kilómetro cero de la honestidad, no puede justificar ciertos movimientos “non sanctos”
Quién piense que la actividad política no necesita fondos para su movimiento, se engaña a si mismo o es engañado por los vendedores de ilusiones. Si así fuera, deberíamos concluir que la política es sólo para ricos, de manera tal que no tendríamos una democracia sino una plutocracia (gobierno de ricos).
La realidad es que el estado debe estar presente para, primero regular las normas de incorporación de fondos a los partidos políticos, ya sean públicos o privados, y segundo para evitar que empresarios aportantes no formen lobbies y dominen la voluntad de los electos por haber contribuido para la campaña.
De igual modo, por ley está establecido un aporte estatal proporcional a los votos obtenidos en la anterior elección, que lógicamente es una suma exigua. Pero los detentadores del poder se las arreglan para, de modo directo o indirecto, hacer prevalecer sus cargos públicos, para llevar agua a su molino y jugar en la elección con el efecto “cancha inclinada” a su favor.
De allí que en la Argentina, mucho de lo que tiene que ver con la indebida utilización de los fondos públicos para las campañas, fue una constante que contribuyó a la denominada “corrupción directa”.
Pero, copiando la realidad estadounidense, se ha comenzado a utilizar dineros privados non sanctos, para simular que no se sirven del estado para hacer campaña y a la vez valerse de la influencia del cargo que ocupan para acercar fondos por el sistema de “corrupción indirecta” o “corrupción privatizada”.
Y si bien pueden existir desequilibrios de proporciones de los fondos ilegales, o caminos diferentes para su obtención, lo cierto es que es tan delito recibir coimas o meter la mano en la caja estatal, como utilizar el poder de la investidura para estafar.
Cuando el político “outsider” viene con un mensaje de honestidad, de transparencia, de ética, pasado el tiempo hay que hacer un simple examen de prueba y error. “Contar los cubiertos”, como diría Carlos Menem.
Javier Milei ganó la presidencia fundamentalmente porque se presentaba como la contracara de lo que él llamaba “la casta”, es decir los políticos tradicionales, acusándolos de haberse enriquecido a costa de “la nuestra”. Se presentó, entonces, como la contracara de la corrupción kirchnerista.
“De las valijas de Amira Yoma, pasando por las de Antonini Wilson y llegando a las de Belén Arrieta, parece que en la Argentina la corrupción viene guardada en valijas”
Pero el relato libertario comienza a tener importantes fisuras en la medida que se suceden hechos de corrupción en el gobierno, sin que merezcan la condigna investigación y eventualmente juzgamiento y sanción.
Hablamos de la estafa #LIBRA y del vuelo del Bombardier 5000, que a mi juicio están conectados.
En este último caso, fue el periodista Carlos Pagni quién dio la primera alerta. Un avión, propiedad del empresario Leonardo Scatturice, nuevo dueño de Flybondi y con múltiples relaciones con el gobierno de Milei, entró a la Argentina el 26 de febrero de 2025, con una sola pasajera, Belén Arrieta, con funciones en la Cpac, agrupación ultraconservadora, y con más de diez maletas a bordo.
El equipaje no fue revisado, el avión permaneció en un hangar privado, hasta que fue a París. Se estima que las valijas quedaron en casa.
En un artículo publicado por esos días, quien esto escribe relacionó las valijas libertarias con los millones obtenidos con la criptoestafa. Cómo las cuentas virtuales dejan huellas, se habría utilizado el traslado del físico en las valijas de Arrieta,
De acuerdo a lo revelado días pasados por TN, los fiscales Claudio Navas y Sergio Rodríguez presentaron un pedido de investigación, en el que reconstruyeron con imágenes la llegada al país desde Miami, de un jet privado de la empresa Royal Class de Scatturice -nuevo dueño de Flybondi-, con una sóla pasajera y más de diez valijas que no fueron controladas.
Parecería que dos más dos es cuatro. Estafa promocionada a través de un tuit presidencial, que en pocas horas reportó más de cien millones de dólares. Había que sacar los fondos de las cuentas virtuales, ya que éstas permiten observar su trazabilidad. La única trazabilidad, se sospecha, es desde las cuentas controladas por Hyden Davis, a las valijas, y de allí en avión privado a Buenos Aires.
“La obstrucción a la investigación de #LIBRA, y ahora el caso de las valijas, representan para el gobierno el desilachamiento de su relato”
Si volvemos a lo que hablábamos de la financiación de la política, nos encontraremos con el oficialismo de La Libertad Avanza que hace un despliegue de publicidad, sin que conozcamos las fuentes de tamaña exhibición dineraria.
Si Milei impidió que se siga avanzando en la investigación de la estafa #LIBRA en el ámbito ejecutivo, si obstruye la marcha de la comisión investigadora en Cámara de Diputados, si confía en la lentitud de la justicia, deberíamos concluir que la actuación de los hermanos está floja de papeles. Salvo, claro está, que el pastor Ledesma, del “Portal del Cielo”, haya obrado el milagro de convertir la arena en oro.
El mensaje de un supuesto purismo político, comienza a enturbiarse, ya está siendo imposible impedir la degradación del relato libertario, que no está cerrando por ningún lado.
Valerse de la investidura pública para estafar, o hacerlo en forma directa, son dos caras de una misa moneda: corrupción pública.
Por algo, el avión que trajo las valijas es de color negro.
Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI