#COLUMNASIMONETTI ley ómnibus presidente Milei

LA PATÉTICA DESMESURA DE UN GOBIERNO DE NOVATOS

FRACASO DE LA LEY ÓMNIBUS

                “Impericia, desconocimiento y soberbia”

Bloque de Diputados UCR

*Al final, el ampuloso nombre de la “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, no era ni base ni tampoco punto de partida para nada, porque, según el gobierno, no es necesaria para sus objetivos. Tanta pérdida de tiempo y de recursos, tantas horas frente al televisor, para un proyecto que ni siquiera era necesario para el propio gobierno. Insólito.

**El gobierno comienza a aislarse en la gestión, fortalece a sus adversarios y debilita a los potenciales aliados. ¿Habrá en el entorno presidencial alguien con la cabeza fría?

***Si quieren un modelo de país adaptado a la Constitución, como es su prédica, empiecen por leerla y respetarla. Una república no se gobierna a golpe de desbordes temperamentales.

                   La vuelta a comisión de la ley ómnibus, significa la antesala de su sepultura. ¿Qué ocurrió para pasar en sólo cinco días, sin estaciones intermedias, de un triunfo festejado por el gobierno al fracaso total?

                   Pasó lo que tenía que pasar cuando se desconoce el ABC del funcionamiento legislativo, cuyo primer mandamiento es llegar al recinto con los temas acordados.

                   Todos creímos, todos menos los oficialistas, que el extenso cuarto intermedio tras la aprobación en general, tenía como claro objeto apurar las negociaciones y afinar el lápiz para el texto final de los artículos concertados, de modo tal que la sesión del martes fuera apenas una formalidad de sanción de cuestiones ya decididas.

                   Todavía con el letargo del fin de semana de descanso, los diputados de LLA vinieron a la sesión del martes, asoleados, recién bañados y perfumados, pensando que la sesión era “pan comido”. Craso error de neófitos.

                   Tampoco el presidente advirtió la importancia del cierre de los temas, viajó a Israel con las valijas cargadas de un prematuro festejo, sin imaginar que el muro de los lamentos de Jerusalén le iba a servir, también, para lamentarse por el fracaso de su ley.

                   El mandatario libertario actúa, en rigor su fuerza política, como si todos le debieran algo. Entonces, cuando las cosas no le salen tal cual supone que debieran salir, buscan culpables y los tildan de “traidores”, como lo hicieron desmesurada e injustamente con los gobernadores. Es más, publican listas de buenos y malos, un escrache totalitario.

                   Su “vale todo” justificador es el 56% de los votos que logró en segunda vuelta, sin advertir que en rigor los que votaron conscientemente su programa fueron el 30% de la primera vuelta, el resto sólo optó por el mal menor.

                   Se atribuye el mandato del “pueblo”. “La casta contra el pueblo”, dice el título del tuit de Milei, un característico mensaje de los líderes autocráticos, tanto de la derecha como de la izquierda.

                   Siempre fue típico del peronismo, ahora de los libertarios, atribuirse la representación del pueblo sin intermediarios, dónde “vox populi, vox dei”, y es el líder Milei- el que representa la voz del pueblo y en consecuencia es representante directo de Dios. Cualquier semejanza con “las fuerzas del cielo” no es pura coincidencia.

                   Al hablar de la traición al pueblo argentino de los que llegaron con el voto del cambio, no advierten que LLA sólo tiene 37 diputados, el resto no estuvo prendido a su boleta y no le debe lealtad. Además, la mitad de los legisladores vienen de 2021. Una prueba más del golpe de horno que le falta al equipo libertario.

                   ¿Alguien pudiera pensar, con cierto tino, que los gobernadores fueron elegidos por el pueblo de sus provincias sólo para cerrarle los números a la Nación? Si alguien lo pensó, no tiene la más pálida idea del significado de la representación y, fundamentalmente, del federalismo.

                   Obviamente que deben contribuir a la patria grande, que es el país todo, pero con la cordura suficiente para no dejar en el camino los intereses de su patria chica, las que no pueden seguir perdiendo recursos, especialmente Corrientes, o perjudicando actividades locales en beneficio de las veleidades de Milei.

                   Si la ley ómnibus tuvo su media sanción en general, debe decirse una y otra vez, es por el esfuerzo del sector dialoguista de la oposición legislativa, la que trabajó, debatió, negoció, batalló y finalmente levantó la mano.

                   El gobierno, bien gracias. Sólo para el festejo. Dobles mensajes, agravios constantes, cambio de planes, desautorizaciones. Sus diputados, sólo para las selfies y discursos para agradar al “jefe”. Francos, el único funcionario que puso lo que hay que poner para la negociación, una y otra fue desautorizado.

                   En sendos comunicados, la oficina presidencial y el bloque de LLA, sentenciaron que “no van a permitir” que tanto gobernadores como diputados actúen con su criterio. ¿Quiénes se creen que son para permitir o no la conducta de aquéllos que también fueron elegidos por el voto popular?

                   Tal vez, a lo Fujimori, el cierre del Congreso y la intervención de las provincias les resulte más cómodo y menos trabajoso que los bemoles una democracia republicana.

                   Se sienten dueños de los recursos del estado. “No va a haber ningún pacto fiscal. Que los gobernadores paguen los sueldos con la suya”, bramó un alto funcionario, contagiado de las demasías de su presidente, que se siente propietario de la plata del estado.

                   Una gestión minoritaria que pretende gobernar dinamitando puentes con sus potenciales aliados es, por lo menos, inepta, y, por lo más, también autoritaria.

                   El kircherismo, que convirtió al Congreso en un invitado de piedra a través de sus mayorías levantamanos, queda un poroto al lado de los libertarios que, en minoría, pretenden una obediencia ciega. ¿Qué pasaría si en 2025 obtienen mayoría en ambas cámaras? Néstor y Cristina serían vistos como carmelitas descalzas, ante la prepotencia libertaria.

                   El interrogante que cae de maduro es: ¿y ahora, qué? ¿Tiene el gobierno un plan B, que le permita llegar a los objetivos que se propuso al remitir la ley ómnibus al Parlamento? No hay plan B. Lo tuiteó Mieli y lo confirmó Caputo: “Vamos a continuar con nuestro programa, con o sin apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”.

                   Para ser concisos y claros: la inexistencia de plan B significa que van a hacer lo mismo pero sin ley, a golpe de decreto, sin debate, lo que significa que el proyecto de ley ómnibus fue una fantochada para el consumo de los apegados a las formas republicanas, “pour la galerie”.

                   La imprudencia del gobierno al erosionar a quiénes le están dando una mano para obtener sus normas, lógicamente no a cualquier costo, ahora sí pone en riesgo la gobernabilidad del país. Si la izquierda y el kirchnerismo están del lado del negativismo cerril, hay que cruzar los dedos para que legisladores dialoguistas y gobernadores vilipendiados no se sumen llevados por la lógica reacción al agravio permanente.

                   En realidad, la mimetización del PRO con el extremismo libertario da para pensar. Es más, el verdadero núcleo del gobierno está en los funcionarios del partido de Macri, especialmente en economía y seguridad, dónde se juega el partido que importa.

                   Tanto Caputo como Patricia Bullrich se han convertido en espadachines “kamikazes” de la intolerancia del partido de gobierno, no por la naturaleza de las medidas que toman en sus respectivas áreas, sino por la carga dogmática y autoritaria para imponerlas. Es la fe de los conversos, más papistas que el papa.

                   Finalmente, el gobierno expresa que no necesita del Congreso para llegar al déficit cero. Entonces, el pago de los gastos del operativo policial para controlar las protestas debería salir de los bolsillos del presidente y sus funcionarios. Se entiende, no?

                   Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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