#COLUMNASIMONETTI 11 de junio

RADICALISMO RECARGADO VS. PERONISMO RECORTADO

A UN MES DEL 11 J

“Faltando 5 semanas para las elecciones del 11 de Junio, Eco+Vamos Corrientes tiene el 78% de intención de voto, el Frente de Todos el 12% y Ganemos Corrientes 10%”

Rubén Duarte, periodista

*A un mes de las elecciones de medio término, muy pocos dudan acerca de sus resultados. Con un oficialismo recargado y un justicialismo dividido y sin mística, seguramente el gobierno incrementará el dominio en la legislatura local. Es un preanuncio de lo que vendrá en 2025, un nuevo mandato de la coalición con predominio radical que llevará un cuarto de siglo en el poder.

**El contexto social de Corrientes hoy tiene pocos secretos. Altamente dependiente del dinero estatal, el pago en término constituye un instrumento fundamental de gobernabilidad. Hablar poco es el otro.

***La cada vez más vaciada oposición electoral por errores propios, genera que la opción oficialista se haya convertido en hegemónica.

                   Corrientes, como Santiago del Estero, corre a contramano del calendario electoral del país. El 11 de junio, en nuestra Provincia no se elige gobernador, sólo los cargos legislativos en los comicios de medio término.

                   Para el oficialismo local, los resultados electorales del último domingo en las provincias de Jujuy, La Rioja y Misiones son auspiciosos, no porque hayan ganado las agrupaciones afines, sólo en Jujuy, sino porque se confirma aquello que es tradicional en el sistema político argentino: el efecto de “cancha inclinada” con que juegan los oficialismos de las entidades subnacionales.

                   Con ser ello cierto, en nuestra provincia influyen condimentos particulares que determinan la casi nula incertidumbre acerca de los resultados electorales del mes entrante.

                   Un poco por méritos propios y otro por defectos ajenos, la coalición oficialista se apresta a tener un sereno andar el segundo domingo del mes entrante, parece que ganarán con la fusta bajo el brazo, situación que amerita un breve análisis de una realidad casi incontrastable.

                   Desde el regreso de la democracia, la Unión Cívica Radical no tuvo en el siglo XX posibilidades reales de poder en la Provincia. En las elecciones de 1987, con Gregorio Pomar como candidato, fue el partido con mayor número de votos pero sucumbió ante la alianza del Pacto Autonomista Liberal.  

                   Todo cambió en el siglo siguiente. Transcurrido el primer lustro, Corrientes comenzó a desenvolverse electoralmente en un bialiancismo que reúne, a cada lado, varias decenas de partidos menores en torno a las agrupaciones tradicionales de la política nacional: el radicalismo y el justicialismo. El Pro, fuerza principal de la oposición a nivel nacional, no ha hecho aquí el suficiente pie como para constituirse en algo más que uno de tantos.

                   El panorama político correntino cambió desde las elecciones de 2005. El último partido provincial con opciones reales de poder fue el Partido Nuevo, que en los comicios de 2001 ganó en primera vuelta y perdió en segunda.

                   A partir de allí, las agrupaciones provinciales perdieron mensaje y acompañaron a los partidos nacionales como socios minoritarios.

                   La Unión Cívica Radical, como partido hegemónico del régimen de gobierno que está próximo a cumplir un cuarto de siglo en el poder provincial, inició su ciclo exitoso con Ricardo Colombi, que supo construir una alianza con el Partido Justicialista y el Liberal.

                   El mercedeño inauguró un estilo de gobierno y de construcción política que le ha permitido al partido de Alem e Irigoyen mantenerse al frente del estado provincial durante seis mandatos consecutivos, ora Ricardo, ora Arturo, ahora Gustavo Valdes.

                   A pesar de haberse desempeñado en contextos económicos diversos,  buenos y no tanto, una estricta previsibilidad de gastos y un equilibrio de caja mantenido a rajatablas, le concedieron una estabilidad sustentada fundamentalmente en el pago de los sueldos de la administración pública, instrumento fundamental para mantener en funcionamiento a una economía altamente dependiente del dinero público.

                   El aliancismo fue la plataforma política de un mecanismo exitoso, la suma de partidos en sus acuerdos electorales. Bajo la premisa de repartir candidaturas y eventualmente cargos pero no poder, le permitió tener a sus socios conformes sin ceder un centímetro en el monopolio del ejercicio del gobierno.

                   Imposibilitado de un nuevo mandato por imperio constitucional, fue Gustavo Valdes el candidato designado por el propio líder político del espacio oficialista. El de Ituzaingó, ni lerdo ni perezoso, construyó su propio poder a partir del ejercicio del gobierno, con alta imagen en las encuestas, que le permitieron una reelección por un margen muy grande.

                   Astuto, el ex intendente del Paiubre no cayó en la tentación del doble comando y supo conservar su lugar, aunque fue sembrando siempre en su ámbito de competencia, la UCR, designando en los cargos partidarios y en las candidaturas a la mayoría de propios.

                   Hoy, el oficialismo se encuentra en una inmejorable posición para continuar encadenando éxitos electorales, con un partido cada vez más disciplinado y un liderazgo que se impone con mayor contundencia dentro del espacio aliancista.

                   Su contraparte, la coalición que encabeza el Partido Justicialista, representa la cara opuesta del oficialismo. Con reiterados errores no forzados, que se cometen dentro del propio espacio, ha perdido tanto predicamento en el electorado correntino que, para mal de la democracia, no representa hoy una opción real de poder.

                   El peronismo de Corrientes no deja de caer política y electoralmente. Creo que el golpe más fuerte lo recibió a partir de la intervención partidaria, momento en que se paralizó la democracia interna, se ralentizó la actividad de los dirigentes locales, y el dedo de Zabaleta terminó por fracturar toda posibilidad de competir con chances de recuperación.

                   Resulta paradójico que hoy la mayor expectativa electoral dentro del espacio esté en un dirigente que hasta no hace mucho estuvo en la vereda opuesta.

                   El Frente de Todos ha dejado de representar al conjunto de peronistas locales, una parte ha emigrado a otra elaboración aliancista, Ganemos Corrientes, creado por el albertista Alejandro Karlen.

                   El kirchnerismo brilla por su ausencia, el peronismo tradicional trata de sostener los trapos, pero se encuentran inmersos en una realidad que los supera, sus aspiraciones apenas alcanzan a la obtención de un escaso número de legisladores provinciales.

                   Notable es que desde 1983 el justicialismo no haya colocado en el sillón de Ferré un solo hombre propio, lo más cerca que estuvo del gobierno fue la vice gobernación de Galantini. En cincuenta años, el último gobernador del sello fue don Julio Romero, muy poco para una insignia que ha gobernado treinta y dos de los últimos cuarenta años en la Nación desde el regreso de la democracia.

                   Es más, no sólo ha perdido poder de fuego electoral, sino fundamentalmente sus coroneles, intervención partidaria mediante, se proletarizaron, en lugar de pasar a generales se volvieron capitanes. No hay un liderazgo claro, y, para peor, una de sus principales espadas y dirigente de predicamento, el ingeniero Ríos, ya no está entre los vivos.

                   Sí, como se presume, las elecciones del 11 de junio fueren dominadas casi absolutamente por el oficialismo, no será solamente porque fueron exitosos en función de gobierno, también cuenta el conformismo social y la ineficacia de una dirigencia opositora que no se presenta capaz de construir una alternativa democrática.

                   2025 será el turno de Corrientes, elegiremos nuevo gobernador. Con un gobierno nacional que casi seguramente será de signo opositor al actual, difícilmente el pero kirchnerismo pueda ser en nuestra patria chica una opción real. Sin liderazgos claros a la vista, la tarea que les espera es ardua y llevará tiempo.

                   Lo cierto es que, a un mes de las elecciones de medio término, el radicalismo se encuentra recargado y el peronismo recortado.

                   Dr. JORGE EDUARDO SIMONETTI

 

 

 

 

 

Jorge Simonetti

Jorge Simonetti es abogado y escritor correntino. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste. Participó durante muchos años en la actividad política provincial como diputado en 1997 hasta 1999 y senador desde 2005 al 2011.

Se desempeñó como convencional constituyente y en el 2007 fue mpresidente de la Comisión de Redacción de la carta magna. Actualmente es columnista en el diario El Litoral de Corrientes y autor de los libros: Crónicas de la Argentina Confrontativa (2014) ; Justicia y poder en tiempos de cólera (2015); Crítica de la razón idiota (2018).

https://jorgesimonetti.com

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