“¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío”
Papa Francisco (Río de Janeiro, 2013)
En Argentina, la palabra “pendejo” es utilizada para describir a alguien joven, es decir a los adolescentes y muchachos en general. Hacer una “pendejada” es la acción propia de un “pendejo”, es decir hacer algo tonto en razón de la inexperiencia de la edad temprana.
Los adolescentes, según el psicólogo David Elkind, buscan constantemente la oportunidad de probar y demostrar sus nuevas habilidades de razonamiento formal, y poseen una natural tendencia a discutir. Tienen un egocentrismo cognitivo (pensar que se es importante y que el mundo se ha de preocupar de él) y también un egocentrismo intelectual (confusión o falta de diferenciación entre los aspectos internos del pensamiento y los aspectos externos de la realidad).
Esta forma de pensar es normal en la juventud, forma parte del ciclo vital del ser humano, el problema es cuando se conservan las características del pensamiento adolescente en la edad adulta, allí es cuando el sujeto está en problemas.
“Yo soy un pendejo desubicado y le digo cualquier cosa a cualquiera”, dijo Juan Grabois, un abogado de 35 años, líder del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluídos) y de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular).
Juan Grabois, recientemente fundador del Frente Patria Grande, se metió de lleno en la política, queriendo apoyar a Cristina y ser su candidato a Vice.
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Juan Grabois está contento, cree que es su hora. Tiene dos razones importantes para progresar en su lanzada carrera política: el manejo de los subsidios de Desarrollo Social y su amistad con el Papa Francisco. Ambas razones son algo larvadas, lo que el permite seguir cultivando una imagen de “pendejo” revolucionario
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Con un discurso plagado de autoreferencialidades, tiene un egocentrismo cognitivo e intelectual propio de los “pendejos”, con la sutil diferencia que es un hombre de mediana edad, pero que piensa como “pendejo” (él así lo dice), o, lo que es peor, se hace el “pendejo” para que pasen sus avivadas.
Saltó a la fama por su amistad con el Papa Francisco, que lo designó como asesor del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, y de algún modo comparten formas y orígenes políticos parecidos. Cuando habla, no es muy importante lo que dice, salvo que la ciudadanía lo interpreta como el muñeco de su ventrilocuo, Jorge Bergoglio.
Ha sabido construir una organización propia que le otorga visibilidad, la de los trabajadores informales, a través de cuya representación ha negociado millonarias entregas de ayudas sociales con Carolina Stanley, la Ministra de Desarrollo Social del gobierno macrista, una de ellas hace un par de años, que alcanzó a los treinta mil millones de pesos.
Es voz pópuli que la entrega oficial de subsidios en Desarrollo Social, es manejada discrecionalmente por el “Triunvirato de San Cayetano”, dónde confluyen la CTEP (de Grabois), la Corrientes Clasista Combativa, Barrios de Pié, el Movimiento Evita y el MTE. Allí está la explicación del por qué el gobierno de Macri anda esquivando los diciembres de movilizaciones y saqueos. Dinero clientelar por paz social.
El “joven proletarizado” de Barrio Norte es el defensor de los “lúmpenes laborales” (en términos marxistas), es decir de aquellos que están por debajo de la estructura de trabajo formal, y que viven de sus actividades en la calle con mas la ayuda dineraria del Estado.
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Desde sus orígenes acomodados de Barrio Norte, supo crear su organización de representación de trabajadores informales logrando un gran poder con el cambio de paz social por manejo de millonarios subsidios oficiales
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Grabois es un “nene de mamá” que trata de esconder su condición, lo que le resulta casi imposible, porque se pisa en cada declaración que formula. “Cuando me case me compraron un departamento, entonces no tengo que pagar alquiler” respondió cuando le preguntaron de qué vivía, agregando “nunca en mi vida me compré ropa, uso la que me regala mi mamá”.
Inmerso en su lucha antimperialista contra la firma Nike, se exhibe fotografiado con unas zapatillas de esa marca en sus piés, lo que le valió un sinfín de burlas y memes en las redes sociales, aludiendo a su “doble moral”.
Estudió la escuela secundaria en el Colegio Godspell, una escuela católica bilingüe ubicada en San Isidro para estudiantes de clase media alta y alta, “un colegio culo roto” diría el propio Grabois. Se recibi´de abogado y es profesor de la UBA.
Es hijo de Roberto “pajarito” Grabois, cuadro destacado de la organización peronista de derecha “Guardia de Hierro”, agrupación política de simpatía de Jorge Bergoglio en sus años jóvenes.
Valiéndose de la típica ambigüedad del léxico eclesiástico, interpretó el “hagan lío” del Para Francisco a la juventud, como una convocatoria a utilizar la metodología de la violencia en sus reclamos. Pensó como “pendejo” en la cuarta década de su existencia, y salió a actuar en consecuencia. Obviamente, a hacer “pendejadas”.
“La violencia es una herramienta de supervivencia” declaró a Perfil en una entrevistga realizada por Fontevechia. Y así parece que actuó el pendejo revolucionario de Palermo Chico.
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Dos cosas no quiere en la política: la proscripción de Cristina, de la que aspira ser su candidato a vice, y el plan del FMI, aunque sí su dinero, que alimenta el financiamiento de la ayuda social que maneja
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Ingresó con integrantes de su organización por la fuerza, al edificio de Canal 13 y Clarín para “exigir” la incorporación en la grilla de Cablevisión de los canales comunitarios “Barricada TV” y “Pares TV”, invadió un shopping, reclamando a viva voz emergencias alimentaria, sanitaria, educativa y habitacional para ponerle fin “a la desigualdad”, encabezó un piquete a la entrada de un country, exigiendo alimentos, útiles escolares y “trabajo de mantenimiento”, fue determino en la Comisaría 18 por atentado y resistencia a la autoridad cuando se movilizaba junto a manteros senegaleses.
La semejanza es notable con otros procesos de jóvenes que se identificaron con la violencia. Mario Firmenich y Rodolfo Galimberti, de clase acomodada, con estudios en colegios católicos, que adscribieron al peronismo y que utilizaron la violencia como metodología política.
A pesar de su confuso discurso, podría decirse que Juan Grabois es hoy un peronista de derecha con apariencias izquierdosas, como su padre, con la impronta chavista propia del kirchnerismo, tanto que está mutando hacia una alianza con ese sector.
Y así como se usan otros caminos, el “pendejo” hace el suyo, utilizando dos instrumentos poderosos: el manejo económico a través de los subsidios gubernamentales, y su amistad con el Papa. Lo dijo su padre, “pajarito” Grabois en declaraciones radiales: “Juan no aceptará una candidatura a diputado, apunta más alto”. Se hará el “pendejo”, pero no tiene un pelo de zonzo.
Pero ojo, aunque con la derecha maneje los subsidios del dinero oficial y con la izquierda adscriba al kirchnerismo, no todo es negociación económica en el derrotero de Grabois. Tiene también muy claro lo que no quiere: “el frente que vamos a construir tiene dos ejes centrales: no aceptamos el plan del FMI y no aceptamos la proscripción de Cristina”. Un antimperialista hecho y derecho, que no acepta las imposiciones del FMI, aunque sí su dinero, con el que se financia gran parte de la ayuda social que maneja
Mientras tanto, detrás de escena, una figura inmanente campea en la política argentina, detrás del “pendejo” y de sus “pendejadas”, una figura que se maneja con discursos ambiguos y simbología insondable.
Jorge Eduardo Simonetti
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Excelente definición de un boludo. Gracias, Jorge.
Gracias a vos Alejandro